05 diciembre, 2006

Sobre los Cambios de Ritmo

Pensaba en los cambios de ritmo y consideré que hay muchísimos. No todos responden a lo mismo, por supuesto (de ahí su diferencia), pero tienen un patrón común y es el que me hace escribir. En realidad son dos patrones que me hacen escribir: El cambio de ritmo en sí mismo y yo. Yo también soy un patrón que se ve inmerso dentro de dichos cambios cuando éstos se suceden.
Hay un primer grupo de cambios de ritmo que, se me ocurre, son más bien superficiales: la velocidad en una rutina deportiva, la forma en que podemos variar al bailar, la fluidez de una conversación, el aumento o la disminución de los km/h en un vehículo, entre otros.
Otro grupo es menos superficial y se lo puede acercar al bienestar: el ritmo de la música (de una canción, de un compás, de una melodía, de un instrumento, etc.), el ritmo que toma una novela o poesía o relato de acuerdo a lo que va sucediendo; también un film, el "ponele ritmo" cuando estamos frente a tareas que no son (en general) tan placenteras y señalamos ésto como para hacerla mas amena, un horario que nos cambia y quizás nos modifica el ritmo del día o del sueño, el ritmo de nuestro andar/caminar cuando estamos apurados o queremos demorarnos por diversas razones, el ritmo cardíaco, básicamente.
Y el tercer grupo es aquel que no sé cómo "subtitular" y supongo que por alguna razón debe ser pero no la visualizo en éste momento. Es el ritmo que cambia en la vida de una persona cuando aparece otra, el ritmo que se modifica cuando algunas personas dejan de estar presentes. En resumidas palabras: los cambios (de ritmo, de nuestro ritmo) que provoca la llegada o la partida de las personas a nuestro "ritmo cotidiano" y que suele darme miedo. Cuando noto la presencia de este cambio de ritmo, me paralizo y luego, trato de andar con un cuidado que no sirve porque es fútil y débil pero que viene como naturalmente a mí. Y entonces no se cómo llevarme con ese cambio porque cuando me asusto no funciono bien, y comienzo a cometer errores.
Ahora me encuentro asustada (hay días que un poco más) y al mismo tiempo, la idea de querer hacer las cosas bien, de no repetir, de no arruinarlo todo me presiona.
Entre el miedo y la presión es muy difícil poder pensar con tranquilidad.
Y será que uno desea (muchas veces) el cambio de ritmo y cuando vemos modificado nuestro ritmo, comenzamos a preguntarnos si habremos hecho bien.
No lo sé.

5 comentarios:

S dijo...

Creo que es sumamente interesante lo que dice. En términos musicales, si se quiere, usted estaría hablando de "tempo" más que de ritmo. El tempo vendría a ser la velocidad con la que se manifiesta una obra musical. El ritmo estaría más relacionado con la figuración: negras, corcheas, blancas, redondas, etc. Existe el ritmo uniforme (siempre es igual), el ritmo no uniforme, dentro de este el pulsado y el no pulsado, y así.
En la vida tenemos ambos (al menos eso creo). A veces andamos lenta y uniformemente, a veces no tanto. El cambio de tempo y de ritmo es necesario siempre, porque si no una estaría igual todo el tiempo, y la vida como meseta no está buena (lo mismo que la música). Yo siempre digo "para subir hay que haber bajado antes" y el miedo forma parte de todo eso, sólo hay que saber enfrentarlo supongo. Así que lucy, ahora tal vez sea tiempo de comenzar a subir.
Saludos.
(Ah! Y perdón por la extensión).

Z... dijo...

el post + el comment de S. me hicieron pensar en

ch ch ch ch changes
(turn and face the strain)


etc.

Mildisculpas dijo...

Creo que hay que celebrar los cambios, o al menos intentar capitalizar algún aprendizaje. De eso se trata. Si los cambios de ritmo se suceden en nuestra vida y no aprendemos nada, entonces estamos jodidos.
Al riesgo hay que aprender a manejarlo, no temerle. Básicamente cualquier desición implica un cambio, con su consiguiente riesgo. Aún la decisión de "dejar todo como estaba" implica cambiar la posibilidad de hacer otra cosa. Entonces, elige tu propia aventura.

Saludos.

Lucy in the sky with diamonds dijo...

Qué placer los comentarios de ustedes. Realmente tienen una calidad y una reflexión que me hace sentir muy afortunada por tenerlos en mi blog (suena super cursi pero no).

S: Impecable lo suyo. Aplausos por su análisis y sus conclusiones.

Z: ¿David Bowie? Excelente.

MilDisculpas: Coincido con usted, aunque "dejar todo como estaba" nunca me gustó. Será que las cosas nunca quedan cómo estaban y prefiero hacer algo antes de darme cuenta que se modificaron porque sí.

S dijo...

No me aplauda Lucy, que me inhibo.