25 octubre, 2006

Solo un Mito (¿o soy una sobreviviente?)

Alrededor de las 23 hs, anoche dado mi estado de ánimo, no tenía hambre pero quería algo fresco.

Al salir de trabajar, había hecho un stop en la verdulería para comprar espárragos y, aproveché para comprar una tentadora porción de sandía (media sandía para ser mas precisa). Hacía calor y era ideal para dejar que se enfríe un poco en la heladera y, posteriormente, disfrutarla.
Cuando regresé a casa abrí una botella de vino tinto y me serví en una copa.
Bebí varias copas mientras me disponía a leer entre otras cosas (si, si, ya se, también escuché a Cacho Castaña porque estaba deprimida, lo asumo).
Se hicieron las 23 hs y asumí que no iba a cenar pero visualicé la sandía en la heladera, ya fresca como me gusta.
Corté una porción, mas tarde otra. Seguí tomando vino tinto.
Dos horas después recordé aquel mito que alguna vez llegó a mi y que decía que si comías sandía y tomabas vino tinto podías morir.
Me asusté durante menos de minuto y medio. Luego olvidé el tema y me sentí inmune a todo el resto de la noche.
Me fui a dormir, previamente comí otra porción de sandía.
Hoy me levanté y comprendí que, una vez más, es solo un mito. No ha pasado nada, ni si quiera sentí un leve dolor de panza. Nada.
Tal vez haya sobrevivido mientras dormía y era inconsciente de lo que me estaba sucediendo - lo dudo -, otra posibilidad es que sea (realmente) inmune a todo pero tampoco lo creo.
Por lo tanto, no solo dejo constancia de la falacia de aquel mito sino que invito a quienes lo deseen a probar este sencillo y práctico menú que para los días de calor y, cuando se tiene poco apetito, es reconfortante.

No hay comentarios.: