05 octubre, 2006

Adiós al Romance

Todavía me cuesta acostumbrarme a la idea de estar nuevamente sola. Ya pasaron muchos meses, demasiados para mi gusto, luego de que se haya terminado la relación con Ringo. Pero no logro adaptarme a vivir mis días sin él y , por lo tanto, sin estar en pareja.
Volver a las citas, a los llamados a cualquier hora, al manotazo de ahogada, al pedido de auxilio, al "quedate a dormir que no me quiero quedar sola", al "I need unos mimos, vení".
No hay un sólo día que no me acuerde de Ringo y de lo que me gustaba compartir mi vida con él, a pesar de que a veces le mentía, pero era sin malas intenciones, solo quería estar con él.
Camino por la calle y pienso en él.
Vuelvo a casa, luego de trabajar todo el día, y aun lo busco.
Cocino y rememoro nuestras cenas y se me va el hambre.
Me acuesto en la cama, y lo extraño a mi lado.
Me sirvo vino, lo bebo, y espero escuchar el ruido que provocaba cuando revolvía el hielo con el dedo.
Así se pasan los meses y mi vida junto con estos meses.
Y quiero que pase el tiempo y llegue el futuro, pero cuando llega, quiero que llegue el otro futuro y, de ese modo, paso el tiempo esperando que se me pase la vida más rápido.
En estos días, en los que sigo esperando que se pase el tiempo sin adaptarme demasiado a las citas y los nuevos protagonistas de las mismas, hago lo que puedo y trato de dispersarme.
Lo llamo casi todas las noches pero nunca lo encuentro. El contestador es una fija. Luego del silencio que se provoca al cortarle al contestador, se me vienen encima los 2 años que compartimos juntos.
Antes de llamar y encontrarme con el contestador, antes de extrañarlo tanto, antes de volver a las citas, antes del "I need unos mimos, vení", antes de los llamados, antes de entrar a casa y no escucharlo, antes de irme a dormir y no tenerlo al lado mío, antes de todo esto, estaba Ringo conmigo. Estábamos en pareja y enamorados. Todo aquello que sucedía en esos dos años que compartimos y que voy a seguir extrañando.
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36 Old fashioned feelings about dating:
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* La emoción al ver su nombre loguearse en el messenger cuando buscada, a través de todos los medios, ponerse en contacto conmigo.
* El olorcito que comenzaba a sentirse en el pasillo previo a la entrada de su casa.
* Las dudas sobre qué ropa ponerme para que me vea mas linda y distinta.
* Caminar por la calle y detenerme en algún negocio pensando en aquello que a él le falta para regalárselo.
* La ansiedad demorada, por esperarlo a él, para escuchar un disco nuevo recien comprado.
* El nuevo sentido de horarios insignificantes.
* La cola mas linda y mas querida deambulando por el dormitorio.
* La vuelta a casa con parada obligatoria para comprar un vino que nos guste.
* Mi conexión novedosa con los sonidos de la batería.
* El olor a chop suey en su casa al compás de los Beatles.
* La tranquilidad de saberme acompañada a la distancia.
* Los "¿Te dormiste ya?" a la madrugada.
* La suerte de encontrarme con algun conocido cuando estaba con él y presentárselo con alegría y orgullo.
* La suspensión de toda actividad un día de semana para quedarnos juntos porque no queremos otra cosa.
* El oído atento esperando que vuelva de trabajar.
* La lecitina de soja incorporada a nuestras vidas.
* Mi silencio luego de su reproche por comer queso siendo constipada.
* Mis ojos llenos de lágrimas al escucharlo decir "sos mi mitad".
* La baja presión luego de pasar largo tiempo en la bañadera haciendo el amor.
* Los palos de batería en el living de casa.
* Sus anteojos en la mesa de luz.
* Cocinar para dos, pensar por dos, vivir de a dos, calcular las demoras de dos, responder las invitaciones a cumpleaños; fiestas; cenas; recitales y demás por dos.
* Los besos en el hall de abajo apenas le abría la puerta del edificio junto a la sensación de "Qué bueno que viniste".
* La deshidratación inventada luego de no vernos por varias horas.
* Las estrellitas en su batería que tanto me gustaban cuando lo miraba tocando.
* Sus particulares con olor a whisky.
* Las ganas de salir a hacer todas mis actividades para que al finalizar el día, volvamos a vernos y seamos los mismos.
* La contención incoparable que me sostenía con alegría en las peores circunstancias.
* Los hábitos al comprar.
* Los dos juegos de llaves.
* No necesitar decirle "Quedate conmigo que no me quiero quedar sola" a ningun desconocido.
* La ausencia de citas y preservativos.
* La certeza de querer envejecer junto a él.
* Conocer la cara del hombre con el que deseo pasar el resto de mi vida.
* Los corazones en el espejo empañado del baño.
* La angustia de saber que si existiese un día después de Ringo, no pudiese haber nada.
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Ahora que ya pasaron muchos días después, siento esa angustia conmigo porque era verdad, no hay nada después de Ringo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Lucy, quería preguntarte como vas con este tema después de casi 1 año, yo me acabo de separar del hombre con el cual me imaginé envejecer, después de 3 años y medio de vivir juntos y esta situacion me desarma...el tiempo lo cura todo???
Saludos!