12 septiembre, 2006

Estrella-do por el Ron


Sin pelado ni llamados,
muy fumados, vos borracho,
sin contrato ni abogados,
el Bar aun no ha cerrado.
Sin maltrato y golpes bajos,
se han bebido varios tragos,
muchos cigarros, cierto catarro
y aparece el Coco en el diario.
Dejemos el solitario y pasemos un rato
que yo te quiero, pero no para tanto.

Si andas preocupado,
nos reímos de Bilardo,
criticamos al bizarro,
me llevás al ensayo,
desafinás con el bajo,
y nos vamos al carajo
o al Casino enajenados
donde anda Roña Castro
y comés mucho tostado.

El invierno me liquida y vos me das salida,
yo me quedo intranquila pero jamás dormida,
y la pena me camina de la médula a la espina.
No me gusta la aspirina, no me queda hesperidina,
pero tengo lecitina en un cajón de la cocina.
Mi cabeza rebobina y con frecuencia patina,
no me gustan las cortinas y doy play a Sabina,
pero antes de mi partida, dejo en el sapo propina
y lo nuestro se termina o es una idea relativa.
Hablás mal de Romina, que a los tipos los liquida,
no hace laburo de hormiga y se cree mi amiga,
pero a vos te mira y cuando pueda se te tira.
Yo me voy a la esquina, siempre a la deriva,
con mi cara pensativa sin señales positivas
y el temor que me domina porque me siento vacía,
no tomás la iniciativa, y no me siento contenida.
No me creo tus mentiras pero estoy convencida
que si aparecés en estos días, hablamos tonterías,
yo me quedo sorprendida y todo esto se olvida
porque es como una rutina que se termina de día.

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