Y una vez más Lucy ha vuelto al ruedo luego de la desdichada historia que se ha diluído con un (intento de) LoveBoy totalmente errático.
Por lo tanto, salir con amigos es parte del plan semanal, como muchos de ustedes hacen. Lucy también.
Por lo tanto, salir con amigos es parte del plan semanal, como muchos de ustedes hacen. Lucy también.
Salida con amigos varones, siempre implica que se incluyan más varones (los amigos del amigo) y entonces, termina sucediendo en varias ocasiones que son unos cuántos nenes y Lucy, que salen de parranda a romper la noche. (?)
Lucy encantadísima, pueden imaginarlo.
Y no es la primera vez que pasa algo así como "El amigo de fulano, quiere saber si salís este finde" o, los más arriesgados "Me pidió tu teléfono". Son pocas las veces que confirmo un Ok para que se habilite algo de ese orden. Porque claro, Lucy mira muy bien y si nadie llamó su atención esa nuit, no candidatea para un "a solas". (en el 89% de los casos, claro)
-
Aquella noche, alguien llamó mi atención pero estaba en otro plan y no quería modificarlo. Hay momentos que se dejan pasar, sí y no está mal de vez en cuando.
Pero hubo miradas, fuertes. Roces. Pequeñas conversaciones de momento y absolutamente breves como cuando hay música muy fuerte alrededor y no se quiere amanecer afónica al otro día por un boy 6 puntos. Nah. No es necesario, terminemos con eso de paso.
Cuestión, concluyó la nuit y se largó la week.
El domingo, mientras la semana quería largarse (pero no se largaba), mi amigo me llama para decirme que el fulano se había comunicado para saber about me. Ahí comprobé que no estaba afónica y entonces, valía la pena una charla con menor volumen alrededor. Le dije que le pase mi celu. Así fue. Aunque mi amigo se sorprendió de una forma que nunca ví anteriormente y eso me dejó algo confundida. Whatever.
El fulanito me llamó, hablamos y combinamos, así de simple. The simple Life. (gracias Paris y Nicole)
Y llegó la cita.
Manicure, belleza de pies (como siempre), vestidita cool tranquila, ropa interior composé (nunca se sabe, girls), perfume elegido especialmente para una cita veremos-qué-pasa-no-se-si-me-gusta-yet, maquillaje suave, cartera completa y taxi.
Y ahí entré, me hizo una seña (parece que estaba ansioso el fulano dado que tuvo que haber llegado con bastante antelación para tomarse un café y medio coctel) y, con cara de plena perplejidad avancé (derecha Lucy, derecha) tratando de disimular (y no) mi cara de espanto.
No era el fulano que yo creía. Era otro.
¿Cómo salir de una situación así sabiendo que nos va a mirar el escote y los labios mientras hablamos durante TODA la cita, el sujeto equivocado? El falso candidato. El que no queríamos.
Pedí un Martini Dry, lo bebí de 3 sorbos, salí a fumar un cigarro y, al entrar, confesé: Sos mi falso candidato, fulano.
¿Qué sucedió?
Le ofrecí invitarle la siguiente ronda (culpable por la desdicha del fulano), me dijo que no y me pidió dejar que vaya a su cuenta. Así fue. Segundo Martini y me despedí sin más. Taxi, grité y regresé alone.
Le ofrecí invitarle la siguiente ronda (culpable por la desdicha del fulano), me dijo que no y me pidió dejar que vaya a su cuenta. Así fue. Segundo Martini y me despedí sin más. Taxi, grité y regresé alone.
Hay noches que lo mejor que podemos hacer es dejarlas atrás. Ésta no ha sido la excepción.
-