29 mayo, 2007

Una Cenicienta Urbana

Un local de ropa llamado "Ana O" me parte la cabeza desde el día que lo ví. Es relativamente nuevo, no recuerdo qué había antes allí.

Es un local con ropa de diversas marcas de un estilo moderno-cosmopolita-5taAvenida-ropacara. Todo ese coctel hacen el estilo de ropa del cual hablo. Me encanta la ropa que venden. He ido a comprar en varias ocasiones. Está en un lugar al que voy 2 veces por semana, asi que en esos días, suelo darme una vuelta e ir ver si me compro algo.
Luego de varias visitas, el dueño (y socio) del local ya comenzaba a ubicarme y eso lo pude notar cuando me saludó distinto y agregando un: "¿Cómo estás?". Eso quiere decir que te tienen vista.
Inmediatamente respondí y se inició una breve conversación que disparaba muchas cosas en común: mismas profesiones (aunque él tiene con su socio-colega ese negocio de ropa), mismo gustos por la literatura (cuando miro el libro que estaba leyendo cuyo autor es Camus), misma tolerancia a una clienta que se estaba yendo de local, por ejemplo.
Esa tarde conversamos un poco, nos observamos (como hacemos todos en estos casos) y nos marcamos (Click derecho al muchacho).
A la semana, cuando nuevamente supe que iba a pasar por el local a buscar una remerita que había pedido en mi talle pequeñito (esta marca las llama pequeñas y pequeñitas al s y xs), comencé a pensar en que sería bueno que esté él atendiendo, que me gustaría conversar un poco más, que esto y aquello. Antes no pensaba esas cosas, digo.
Entré, nos saludamos, me mostró la remerita que me había conseguido pequeñita y le pedí probarme unas calcitas de esas de lanita que se usan ahora con botas arriba. Todos saben de qué hablo. Cuando me las da y voy al probador, en el momento previo a probarlas hago el clásico movimiento tipo "arremangando" la calza como cuando una se pone una media can can (primero hay que buscar la punta del pie para calzarla) y mientras hago eso con mis manos: Trac, se descose un touch el centro, la unión. Me dio vergüenza y las quería, pero no rotas.
Tuve una mala actitud, lo se, pero fui impulsada por la vergüenza y no por la maldad, y le dije que las quería pero en el otro tono. Las fue a buscar y las metió dentro de la bolsa con las remeritas. Charlamos un poco pero yo, acusé estar apurada y me retiré. El apuro era la calza estropeada que me molestaba dentro de mi mente. Only. Me fui.
Hoy volví a buscar una polerita y él estaba. Me ve a través del vidrio y yo, abro la puerta y entro. Cuando lo hago, yo toda linda con mis zapatos superrrrrr en punta y con re tacos, me trago el pequeño escalón, me voy al piso y el zapatito nuevo, vuela.
Me pregunta si estoy bien, le digo que no se y que prefiero levantarme y chequear si tengo todo el cuerpo en orden. Me ayuda. Siento dolor en la rodilla pero nada grave. Se sonrié y le digo: Podés reírte, morís de ganas, i know. Se va, agarra algo y vuelve hacia mí diciendo: Me siento el príncipe de Cenicienta, dame las cosas que te ayudo a ponerte tu zapato, tomalo.
Me ayuda a calzarme el zapato y mientras me repongo noto que en el resbalón, se me hizo un pequeño tajo en la camisita (debe haber sido el tirón). Mientras me observo el pequeño tajo, él dirige la mirada hacia donde yo miraba. Se detiene en el tajo y se queda mirando atentamente, como pensando en otra cosa (por un momento creí que lo erotizó mi tajo en la camisita). Efectivamente, pensaba en otra cosa. Acto seguido me dice: ¿A vos se te descosió la calza?
Le respondo: ¿Qué cosa? No, no sé. Yo me llevé calzas pero no se de qué hablás.
Silencio.
Me dice: Bueno, contame qué buscabas.
Le respondo: No, nada, pasaba a mirar pero ya se me hizo very tarde. La próxima vengo con tiempo y miro bien.
Me fui.
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Tengo entendido que Cenicienta la pasaba mejor.

25 mayo, 2007

Me planto/ó

Luego de pasar por un fucking jueves, largo y larguísimo - no terminaba más -, mientras volvía a mi hogar, me llama y me dice que cuando llegue hablábamos porque quería hacer algo conmigo.
"Good idea", me pareció.
A ver si podía exorcizar el jueves maldito con un prometedor encuentro. A veces funciona.
Cuando llego, me encuentro con unos mensajes en mi msn (me los habían dejado mientras yo estaba offline, ahora que se puede cual icq de antaño) diciéndome que un amigo estaba en problemas y que lo disculpase.
En ese lapso, había deshechado otros planes, no menos intersantes. Con lo cual, la rabia se potencia y comienzan a pasar como videoclips las demás opciones descartadas para hacerte sentir la mas silly del planet.
En otras palabras: Un plantón propiamente dicho, oh yeah.
Hace muchísimo tiempo que no me tocaba el plantón. Me estaba tocando y estaba experimentando las diversas sensaciones que se viven en ese momento.
Rabia, molestia, bronca, insultos, frases como "ahora vas a ver" o "nunca más te digo que sí" o la bien repetida "Cómo te va a costar ahora!".
Frases que se pierden, que son dichas al espacio que lleva todo a ese gran agujero negro donde va todo lo que queda en ningún lugar.
Y luego - que no se si me da más bronca - los sms, "perdón", "disculpame" y, posteriormente el "Si me libero rápido, te aviso". Fuck You.
Apagué el celular porque no tuve ganas de seguir leyendo estupideces que no hacían más que darme más rabia.
Hoy cuando lo prendí tenía:
3 mensajes del sujeto plantador a las 2 a.m, a las 2:45 a.m y a las 3:05 a.m.
¿Eso es liberarse rápido?
Encima los mensajes decían: "Dormís?"...
¿Acaso lo único que puedo hacer es dormir si vos me plantás? Eso triplicó mi bronca.
Y para rematar absolutamente todo: unos mensajes en mi msn a las 7:57 a.m...
¿Qué tipo de problemas tiene un amigo hasta las 8 de la mañana?
Sí bueno, me dijo anteriormente que el amigo estaba con un ataque de pánico y con el hijo... y que había tenido que ir. Nada que un alplax sublingual no pueda arreglar en unos 10 minutos, como máximo.

Y ahora, tengo sed de venganza.

Y entonces, entrar en un círculo al que, en cierta medida, quiero oponerme. Porque sino, yo tomo mi venganza, luego él se encabrona, luego yo y así, terminaremos en la nada encabronados.
Pero no me banqué el Plantón.
No me lo banco y la idea, sigue dándome vueltas en la cabeza. Y me cuestiono mis actos futuros y no encuentro la vuelta para manejarme de una manera que me deje satisfecha a mí.
Evidentemente, el jueves estaba maldito y vos, no pudiste exorcizar absolutamente nada.
Tal vez no tenga esa capacidad, y si no la ha de tener, no me interesa, Sr. Magenta.
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22 mayo, 2007

BlogTube.

Algo me sucede con los post que incluyen piezas de YouTube.
Personalmente, no entro a YouTube a mirar absolutamente nada y tampoco está en mis planes hacerlo pero en cambio sí, entro a diversos blogs porque me gusta leerlos y recorrerlos.
Y aquí se presenta el pequeño inconveniente: Cada vez hay más blogs que postean piezas de YouTube.
WTF?
Regla de tres simple:
Si quiero ver algo del Fucking YouTube, entro y lo miro, si quiero leer un blog entro y lo leo. Por lo tanto, la polución de YouTube en los blogs, me asquea un touch.
En un principio, eran algunos pocos y eventualmente pero, con el correr del tiempo me fui dando cuenta que cada vez son más y más y más los blogs que YouTubean.
De un tiempo a esta parte, excepto rarísimas ocasiones, cada vez que entro a un blog y veo que YouTubearon, no lo miro y espero, que otro post - no YouTubeado - ilumine ese blog.
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¿Será posible o es una invasión?
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Yo (no)Youtubeo
Tu Youtubeas
Él Youtubea,
Nosotros Youtubeamos
Vosotros Youtubeais
Ellos Youtubean...

Pd: No encuentro con la misma frecuencia, semillas de Girasol saladas en los Kioscos como antes.

18 mayo, 2007

Destruir al Ejército Magenta

Un miércoles de agotamiento por una jornada laboral llena de presión y decisiones importantes me encuentra caminando esas últimas cuadras de la Zona Norte, barrio Florida - para ser precisa -, que son tan calmas y que huelen bien. Son esas 3 cuadras y media que camino hasta dar con el lugar donde me espera mi Sr. Psicoanalista.
Allí hago mi stop y un pequeño ritual (que a veces olvido): toco el timbre, apago el celular y me miro a través del vidrio como para un chequeo general. Luego aparece él, me hace la seña como para que pase y allí, entro en el más allá. O mejor dicho, en mí más allá. Corte.
Salgo de análisis y camino nuevamente esas 3 cuadras y media y, prendo mi celular mientras camino.
Y resulta que, mientras yo yacía en el diván inmersa en mi inconsciente, recibí 3 llamados. Oh.
Llamada perdida Nº 1: Ex Mini Cooper Boy.
Call perdida Nº 2: El Famous.
Llamada Lost Nº 3: Quien me deja dolorida, eventualmente.
Mientras reviso los mensajes, llega un mensaje de texto:
"Lucy, confirmado el TEG de esta noche, al horario de siempre".
Dedicí no escuchar los mensajes y respondí el sms: "Confirmo mi asistencia". Y hacia ahí me dirigí. Corte.
Aclaración: En el grupo TEG siempre somos 5 jugadores fijos y 1 itinerante. Esta vez, eramos 6. Todos tenemos nuestros colores de fichas predeterminados y, el itinerante, tiene que tomar las fichas "Magenta". Así fue.
Saco mi tarjeta, objetivo: Destruir al ejército Magenta. Corte.
Esa noche, gané.
Nunca me quedó tan cómodo el objetivo de destrucción. Pero sucedió.

Al otro día, me avisaron que el Sr. Magenta, había pedido mi teléfono.
-l

15 mayo, 2007

El Ocaso de Mini Cooper

En vísperas del feriado del 1ero de Mayo (la noche previa), le robaron el Mini Cooper.
Asi que: No more Mini Cooper.

Ahora, me llama.
Y yo pienso: ¿Habrá alguna relación entre estos hechos?

11 mayo, 2007

Temporal

Me hacían falta una botellas de bebidas que me apetecen y que, me gusta siempre tener en casa. Por esa cuestión de que no vaya a ser que un día quiera algo de eso y no tenga. ¿Por qué atravesar ese momento tan frustrante? No tiene sentido. Por lo que, busqué tiempo en mi semana - nada fácil porque escaseaba bastante - y, finalmente, lo encontré.
Hora pico, alrededor de las 18:45 hs. Recuerdo que no llegaban a ser las 19 hs pero casi que si.
Suelo ir a dos lugares a comprar mis bebidas. Boliches viejos, que nunca cambiaron, en donde uno es atendido de maravillas por gente muy grande, veterana, que cuida su negocio y que sabe muchísimo de bebidas nacionales y, sobre todo, importadas.
Adoro esos "almacenes" (y no me refiero a donde venden 100 de lomito ahumado y 150 de aceitunas verdes). Almacenes de bebidas alcoholicas, despensas. Hermosas.
Depende de donde esté ubicada yo, voy a una o a otra. Y cada tanto, cuando tomo conciencia de que estoy yendo seguido a una, voy por la otra porque me da culpa y me siento mala clienta con aquellos que me han atendido tan bien y me han abierto sus puertas cientos de veces.
Entonces me dirigía hacia una, la que tenía mas a la mano y, una vez adentro, tenían faltante uno de los productos que quería comprar y que no tenía ganas de no llevarme. Asi que, hice preguntas del estilo: ¿Cuándo llegan? ¿Van a entrar o no saben si se consigue el producto? etc.
Prometí volver sabiendo que no volvería a casa sin mi compra.
Tenía un liviano recuerdo (que en mí siempre es dudoso porque puedo acertar o terminar en la puerta de un geríatrico asegurando que yo ahí había visto ESE local) y elegí seguirlo. Me dirigí al lugar y, efectivamente, estaba en lo cierto. Alegría a granel.
Eso sí, este sitio ya era más comercial al mejor estilo supermarket de bebidas. Interesante y tentador pero que, obviamente, perdía las cualidades de la depensa a que a mí me gusta.
Pude lidiar con eso fácilmente y entré.
Me informan que el estilo es "autoservice". Uno toma un carrito y recorre las instalaciones mientras escoge todo aquello que le apetece. Tampoco es lo que me gusta pero a esa altura mi objetivo era, repito, llegar a casa con mi compra completa.
Escuchando en mi mp3 el 2do disco de Entre Ríos y tarareando, caminaba enceguecida por las góndolas etílicas relucientes y prolijísimas. Ay, atentos obses!
Llevaba mi cartera colgada en mi hombro, como se llevan las bags y, del otro lado, colgaba una bolsa de un marca de ropa conocidísima que, cuando haces una compra de alguna prenda importante, te dan una tremenda bolsa que la podés llevar colgada del hombro y que es gigantezca y muy acartonada con el nombre de la chica dueña de la marca escrito de una manera muy chic.
Así estaba, así recorría con mi carrito. Mitad distraída y absorbida por la música de mi mp3 y mitad atenta a los productos. Como me gusta estar, un poco sí pero no del todo.
Llego a las botellas de Famous Grouse y me apropio de 2. Sigo camino. Voy hacia donde está el Gin, escojo 1 Bombay (qué linda esa botella azulina, me dan ganas de ir a darle un abrazo al que la hizo), y sigo mi recorrido en busca de los Vodkas.
Alcanzo a visualizarlos, estaban un poco más lejos, y camino mirando dichas botellas como si fuesen un objetivo a alcanzar (que lo eran). Pierdo noción de lo que va quedando a mi lado, no le presto atención y olvido a la tremenda bolsa que llevo colgada.
Y en cuestión de segundos: La Masacre.
WTF?
Reacciono rápido y veo la tragedia.
Van cayendo 3 botellas de licor de menta, una tras otra. Sigue el mismo camino una botella de licor de huevo, al piso también. Y van las piñas coladas, 2 que caen juntas, y cuando está por caer la maldita botella de Tía María, intento atajarla y tiro 2 ejemplares.
Todo en cuestión de segundos. Sucedió tan rápido que perdí noción de lo real que era ese acontecimiento. No se si pude haber hecho algo porque en mi intento de atajar el fucking Tía María, cayó lo último que podía caer: Yo. Arriba de todo eso. Me salvé del licor de menta y, el de huevo, solo alcanzó mi bota.
Quise llorar, quise gritar, quise desaparecer, quise insultar, quise no ser yo, quise saber cómo fue que pasó todo eso pero ya tenía a la mitad del personal mirando la situación como si fuese un accidente descomunal donde hay muertos desangrando en el piso y autos chocados en una esquina tipo Córdoba y Callao.
Algunos empleados miraban estupefáctos, otros clientes hacían comentarios en voz baja, otros atónitos se alejaban (a ver si se manchaban!) y otros dos empleados comenzaron a tomar partido y se acercaron a ver por dónde empezaban, agachados esperando que llegue el 3ero con trapo de piso y ese tipo de artículos.
¿Y yo? ¿Alguien me ayuda, boys?
Escucho que alguien, de la góndolo de atrás dice: ¿Qué pasó? A quien le contesté en el piso: Una tragedia, auxilio.
Da la vuelta y Oh Oh, Ay Ay.
Shock. Era él. Era aquel famous que había invocado en mi post anterior sin, si quiera, intuir algo semejante.
Me levanta sorprendido, me ayuda y me dice: ¿Qué pasó, Lucy? ¿Estás bien?
Le digo: No se qué pasó y creeme. Y no, no estoy bien. Me siento avergonzada. Ayudame a manejar esta situación, por favor. Así lo hizo y cuánto le agradezco.
Lo que sucedió en el local posteriormente fueron episodios lógicos que no vale la pena destacar pero bien puedo mencionar algunos de modo descriptivo para que el lector comprenda: trapos de piso, baldes, productos de limpieza, charla con el encargado del lugar, arreglo de temas $ sobre lo que había roto, disculpas correspondientes, etc.
No pude comprar nada de lo avergonzada y espantada que estaba. No culminaba mi asombro y mi desolación.
Y él ahí, dialogando con el encargado, ayudándome de la manera más superheroica que cualquier mujer puede fantasear.
Una vez afuera del lugar, yo seguía en estado de shock y sucia (con un olor demoledor a toda esa mezcla etílica), me ofrece llevarme hasta mi casa. Le digo que sí, of course. ¿Quién iba a subirme con ese look tan border?
Compramos un toallón en un local cercano, lo puso en el asiento de su coche y emprendimos camino. La charla giró en torno a lo acontecido, no podía ser de otra manera, pero estaba latente nuestro encuentro azaroso.
Llegamos a la puerta de mi casa, para su coche, hablamos un rato y el tema latente se convirtió en manifiesto. Suena su teléfono y le preguntan cuánto le faltaba para llegar al canal (osea, se tenía que ir rápidamente) y responde que en 15 minutos estará por allí dado que tuvo un inconveniente.
Nos miramos tanto que las palabras eran una molestia. Dijo: ¿Por qué no me respondiste las últimas llamadas y los mails? Respondí: Por lo que vos ya sabes. Respondió: Las cosas cambiaron y me gustaría contarte todo. Te vas a sorprender. ¿Puedo llamarte estos días? Contesté que sí y aclaró: No voy a decirte cuándo porque necesito terminar de resolver algo muy importante y así poder hablar con vos para contarte todo lo que pasó en este último tramo de mi vida.
Ya en posición para salir del coche, le dije: Yo no voy a llamarte ni a buscarte asi que cuando resuelvas eso que tenés pendiente y quieras hablar conmigo, sabes cómo encontrarme.
Me miró intensamente y me dijo: ¿Sabes lo que te quiero yo a vos? Le dije: A veces me acuerdo y otras no. Hablamos y gracias por lo de hoy, te debo una... Ah, estás lindo eh.
Llegué mi casa, puse a todo volumen la canción de Entre Ríos que se vio interrumpida por el acontecimiento: Temporal.
Llené la bañadera, tiré sales relajantes, puse toda la ropa a lavar y me zambullí en el agua.
Por suerte, el señor de la despensa de la que soy habitué me dijo que el producto que faltaba entraba la semana que viene y ahí, no existe el autoservicio.
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09 mayo, 2007

Famous (y no Grouse)

Dentro de lo poco agradable que puede resultar para un hombre cualquier ex novio en la vida de la mujer que le interesa, resulta que si el ex novio es famoso se vuelve más intolerable (y hasta una pesadilla) que si el ex novio es una persona común del montón.
Atentos Boy's: el ex novio es de igual importancia para la mujer, sea o no famoso.
My God.
Dejad laburad a los fantasmas en lugares más importantes, please.

07 mayo, 2007

Diagnóstico

Si es Lunes y son las 8 de la mañana, con 5º de temperatura, muchas horas de trabajo por delante, un día largo que demanda gran cantidad de exigencia y, una amanece con dolor de triceps, gluteos, piernas, aductores, la cara radiante luego de un buen baño, el bruxismo mas calmado que otros lunes, el talante excelente al mirarse en el espejo, y salís espléndida a la calle para arrancar tu semana, entonces: Se ha vivido un fin de semana absolutamente magnífico.
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03 mayo, 2007

Enigmático, Oh Yeah.

Planteo del problema:

Un sujeto (A) desea y solicita hablar personalmente con otro sujeto (B) y, en el momento que B responde que sí, el sujeto A le responde que primero quiere filtrar y pensar qué es lo que le pasa y luego, le avisará a B cuando esto haya sido filtrado y pensado y así, encontrarse y que, sujeto A diga a sujeto B todo lo que quiere decirle.

Resolver:

1. ¿Cómo puede sujeto A sentir necesidad de hablar con sujeto B si aún tiene que pensar sobre lo que tiene que hablar?
2. ¿Se puede sentir necesidad de hablar sin saber qué se necesita decir?
3. ¿Sujeto B tiene que aceptar sentarse a conversar con sujeto A? Y de ser así: ¿Cuánto tiempo puede otorgarle (para pensar y fitrar) sujeto B a sujeto A?
4. ¿Para qué y por qué usted cree que sujeto A, provoca toda esta situación?


Presentado el enigmático,
convoco a quienes lean este post a que traten de resolverlo y den a conocer sus distinas soluciones.
Habrá un finalista y un semifinalista.
Preparados, listos, Ya!!! Good Luck!!!!