31 octubre, 2006

Oh sábado, sábado, sábado

El sábado fui a un cumpleaños, en un bar, en otro bar. (y eso ya fue muy raro)
Creo que por momentos me quería sentir incómoda para tomarme un taxi y darle la dirección "del bar". Pero no sucedió. No me pude sentir incómoda porque estaba entretenida.
Me encontré con personas que no veía hace mucho tiempo y eso, por lo menos, te ocupa una cuántas medias horas hasta que te dejás de preguntar las cosas básicas de un reencuentro.
Pero por ejemplo, no tenían Famous Grouse y yo quería tomar whisky, pero estaba en otro bar y mis caprichos pasan desapercibidos, me parezco mas a una dama que a una niña y me doy cuenta. Pero ojo, no termino de saber si me gusta la idea.
Pido un gin-tonic y sigo poniéndome al día con los re-encontrados.
Se hace mas tarde y quiero whisky y, ya sabemos, no hay Famous Grouse. Me revelo y pido un Johnny Walker (etiqueta roja). Tal vez un poco por Ringo (era el whisky que mas le gustaba y se lo regalé para un cumpleaños) fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando el barman me preguntó qué tomaba y yo miraba fija la botella "Red Label". Me lo sirve con hielo, le agrego un chorrito de agua y ahí el recuerdo de Ringo pierde potencia, pierde fuerza porque me acuerdo que estoy enojada dentro mío con él y no quiero evocarlo tanto. Lo bebo, no es Famous, lo se, pero me gusta y es whisky.
Cuando pido el segundo: "Medida doble, por favor". Me escucho duplicando la apuesta y el Pelado se adueña de mi cabeza y siento que llegó el momento de la noche que estaba demorando. Pero aguanto y no me tomo ningún taxi. Y otra vez esas ideas de minita que siempre me visitan: "El pelado me enseñó a tomar whisky. Si me viese tomando Johnny Walker red label en la barra de otro bar". No me imagino pudiendo llevar adelante la idea de terminar con eso, eso con el Pelado, pero me lo sigo creyendo y me quedo en la barra con mi red label.
Se me acerca alguien y me dice: "¿Lucy?". No lo reconozco hasta que sí: ¿Cómo te va tanto tiempo, qué haces acá? Qué alegría verte!" (no se si es tanta alegría, ya corrió agua, ya tomo whisky, ya me lo enseñó todo el pelado).
Otro reencuentro y otro red label.
Ya podemos fumar en el salón. No tenemos que subir más a la terraza a fumar como criminales esperando la rueda de reconocimiento separados del mundo. Ya van bajando todos los que pasaron por la rueda identificatoria, y prenden puchos y mas puchos y me da la sensación que se reencuentra mucha gente, que yo no fui la única que se inmoló durante algunos años en otro bar y ahora reconocen como "la que no vemos hace tiempo".
El sujeto que me reconoció (y con el que me encontraba hablando) va al baño y pienso que engordó 10 kilos mínimo y por eso me costó reconocerlo rápidamente. Pienso que pasó el tiempo, pienso de nuevo en el pelado, quiero verlo, me molesto y tomo red label y me prendo un cigarrillo. Queda la banqueta de al lado mío vacía.
Se sienta alguien a mi lado. No es el que engordó 10 kilos (que, más tarde lo reconoce, osea que mi observación fue acertada "Me dejé estar, dijo") es otro sujeto. Lo recuerdo, siempre está igual. Nunca hablamos profundamente pero siempre quisimos. En el instante que yo pienso en eso, en que siempre quisimos pero nunca, él piensa lo mismo y, deduzco, por eso toma la banqueta vacía de al lado mío. Comienzo a sentir que "toma la posta" y entonces, me siento el premio al final de la carrera y no se si me gusta. Ay Pelado, me la hiciste difícil. Tomo red label. Comienza a hablar el que siempre pero nunca y me interesa lo que dice. Le respondo, me responde y le respondo. Me pregunta, le contesto y le pregunto. Me da su tarjeta, la guardo, me pide mi número, lo guarda. Mirada cómplice, te llamo "qué bien olés, tenés rico perfume".
Vuelve el que engordó 10 kilos, continúa la conversación, se integra gente, se bebe, se fuma, se larga a llover, se hace de día y se termina la noche. Pienso en mi cama y quiero irme. Termino mi red label. Me río del chiste de alguien, era bueno. Me levanto, y saludo. Flash Pelado (aun no quiero cantar victoria pero siento que estoy a punto). El hombre que se dejó estar me pide mi número "déjà-vu".
Me voy, camino 3 cuadras y pienso "Qué lindo está Palermo, hace mucho que no venía para acá". Flash Pelado (¿Qué estará haciendo?). Me siento en un umbral y no pasan taxis: "No está tan lindo Palermo, llueve y no pasa ningún taxi". Llamo un taxi desde mi celular, me rasco el ojo y me corro el rimel y ahora sí, se nota que pasó la noche cuando tengo el rimel corrido. El señor que me atiende el tel me dice que tendré que esperar entre 15 y 20 minutos el taxi, le digo que sí mientras pienso que si veo uno cuando estoy esperando, me lo tomo, porque me imaginé - cuando me dijo el tiempo de demora del taxi - que el Pelado (desde algún lugar) me veía en esa esquina, sentada sola en el umbral con mi vestidito lindo y el rimel corrido, sintiendome el aliento a red label y se iba a dar cuenta que lo había extrañado. Cosas de mi imaginación, claro.
Pero no pasa ningún taxi y espero esos 20 minutos. Llego a mi casa, reviso la llamadas pero suena el celular (y al otro día, también iba a sonar el celular). ¿Quiénes llaman? Los re-encontrados de la noche del sábado.
Algo me dice que volví a las pistas y no me gusta.

25 octubre, 2006

Solo un Mito (¿o soy una sobreviviente?)

Alrededor de las 23 hs, anoche dado mi estado de ánimo, no tenía hambre pero quería algo fresco.

Al salir de trabajar, había hecho un stop en la verdulería para comprar espárragos y, aproveché para comprar una tentadora porción de sandía (media sandía para ser mas precisa). Hacía calor y era ideal para dejar que se enfríe un poco en la heladera y, posteriormente, disfrutarla.
Cuando regresé a casa abrí una botella de vino tinto y me serví en una copa.
Bebí varias copas mientras me disponía a leer entre otras cosas (si, si, ya se, también escuché a Cacho Castaña porque estaba deprimida, lo asumo).
Se hicieron las 23 hs y asumí que no iba a cenar pero visualicé la sandía en la heladera, ya fresca como me gusta.
Corté una porción, mas tarde otra. Seguí tomando vino tinto.
Dos horas después recordé aquel mito que alguna vez llegó a mi y que decía que si comías sandía y tomabas vino tinto podías morir.
Me asusté durante menos de minuto y medio. Luego olvidé el tema y me sentí inmune a todo el resto de la noche.
Me fui a dormir, previamente comí otra porción de sandía.
Hoy me levanté y comprendí que, una vez más, es solo un mito. No ha pasado nada, ni si quiera sentí un leve dolor de panza. Nada.
Tal vez haya sobrevivido mientras dormía y era inconsciente de lo que me estaba sucediendo - lo dudo -, otra posibilidad es que sea (realmente) inmune a todo pero tampoco lo creo.
Por lo tanto, no solo dejo constancia de la falacia de aquel mito sino que invito a quienes lo deseen a probar este sencillo y práctico menú que para los días de calor y, cuando se tiene poco apetito, es reconfortante.

Traficante de Ilusiones

Yo que soy apenas lo que puedo
y no he sido en esta vida todavía lo que quiero.
Yo que por amor dejé de lado
tantas cosas que quería cuando estuve enamorado.
Tengo las costumbres y los vicios que me dio la soledad,
y asco del vacío que me dejan cuando me aman y se van.
Yo que soy apenas lo que puedo
y no he sido en esta vida todavía lo que quiero,
sigo estando solo por el miedo de perder la libertad.
Soy así,
un traficante de ilusiones diferente
se que soy distinto a todos,
pero igual a mucha gente.
Soy así,
quizás la culpa fue de todas mis amantes,
si me amaron, nunca quise
y si quise, no lo sé.
Yo que por las noches no soñaba
escuchando las mentiras que dijeron en mi almohada,
hoy que tengo dura la mirada por un mundo de experiencias
solo se que no se nada.
Y a pesar de todo se que hay algo que me queda por hacer
algo que la vida puede darme cuando llegue una mujer.
Yo que soy apenas lo que puedo
y no he sido en esta vida todavía lo que quiero,
tengo las costumbres y los vicios que me dio la soledad
y asco del vacío que me dejan cuando me aman y se van.
-
Cuando los amigos no están,
cuando la pantera rosa no me distrae ni dispersa,
cuando el vino alcanza y se sirve y se sirve,
y se bebe y se bebe,
cuando el silencio es insoportable,
cuando el teléfono se olvida de mí,
cuando lo que cociné me saca el hambre con solo probarlo,
cuando los ojos se me hinchan tanto,
cuando el sueño no viene,
cuando la memoria se emperra y me deja sin defensa,
pongo música que no suelo escuchar.
Y apareció Cacho con su música 70-80 que no me trae recuerdos,
y su voz baqueteada canta y se convierte en el traficante de ilusiones,
entonces por un segundo me distraigo y por eso,
como si fuese un agradecimiento por la distracción anhelada que me trajo,
posteo la letra de dicha song y de paso, me distrae otro rato más,
que no es poco para una noche como hoy.
Y la ciudad duerme.

24 octubre, 2006

Esos momentos de la vida que nadie me enseñó cómo continuarlos y, no lo se.

"Vos te merecés otra cosa, Lucy. Te merecés alguien que te tenga ahí arriba, que se preocupe por vos, que te haga un café con leche cuando te levantás, aunque yo te lo puedo hacer, pero te merecés otro tipo al lado tuyo. Que te contenga, que sea compañero y que te adore. Te merecés alguien mejor que yo, aunque yo se que soy el mejor tipo que vos te podés merecer, pero no ahora, ahora estoy con la cabeza en otra cosa".
-
"Yo puedo estar con vos 5, 7 o 10 años más y vamos a pasarla bien, pero no voy a darte lo que vos querés y tenés que saberlo. Yo ya no sueño con vivir con alguien, ni con tener hijos ni con algún proyecto de a dos".
-
"Sos una mujer extraordinaria, todo hubiese sido distinto si te hubiera conocido 10 años atrás o, quizás, 10 años mas adelante, pero en este momento estoy sin capacidad para darte lo que vos necesitás y quiero que lo sepas, que me mandes a la mierda, y que encuentres lo que vos te merecés".
-
"Si es por mi, te pongo en la mesita de luz, y duermo con vos todos los días, y mañana nos vamos a Pinamar 5 días seguidos y la pasamos espectacular, y podemos seguir así 20 años mas, pero un día - porque sos mujer- vas a decir "Basta, me cansé de este tipo" o cuando tengas todo lo que vos querés vas a mirarme al lado tuyo y me vas a decir "Hasta acá llego, me voy". Y en ese momento, yo voy a querer que seas la mujer que esté conmigo para toda la vida y voy a sufrir y ya no tengo ganas de pasar por eso, porque la mujer es así. La mujer trabaja dura y arduamente para lograr su objetivo, se banca cualquier cosa, se calla, habla, hace todo lo que al hombre le gusta, es capáz de todo pero le cuesta 1 minuto darse cuenta que no vas más. El día que dice "No va mas", no hay vuelta atrás. Yo hace 2 años que se que lo nuestro no debería seguir su curso y aun así me digo "Bueno, pero la pasamos bien, es buena mina, es una hermosa mujer" y el día que vos, en un segundo te das cuenta que no va mas, a mi ya me tapó el agua".
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"Y es probable, que el día que te plantes y yo note que no vas a estar mas conmigo, ese día voy a volverme loco, pero si ya lo sabemos: ¿Para qué seguir con esto?".
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"Si vos podés entender todas estas cosas y querés que nos vayamos a dormir juntos y nos hagamos mimos, y mañana nos levantemos, me hagas un tostadito con un cafe mientras yo te miro la cola cuando vas para la cocina y luego pasamos el día haciéndonos compañía, lo hacemos, pero tenés que entender cómo son las cosas. Yo estoy siendo sincero como nunca antes fui con una mujer".
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"Yo se que a vos te pasan cosas que a mi nunca me van a pasar con vos, y yo no quiero sentirme mas culpable por eso, porque te hago sufrir por esa razón y vos merecés estar bien, que traten como una reina, porque sos la mejor mujer que conocí en mi vida".
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"A veces, borracho, te digo cualquier cosa esperando que me mandes a la mierda de una vez, que me putees, que te enojes y que no me quieras ver mas, y eso no pasa y la culpa, al otro día, me mata".
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"Yo te quiero mucho, muchísimo, sos una mujer hermosa, inteligente, compañera, leal pero yo tengo la cabeza en otra cosa. Yo estoy desilusionado del mundo en el que vivo. Yo no estoy conforme con el mundo en el que vivo, ni con los padres que tengo, ni con el hijo que tengo, ni con las mujeres que tuve, ni con los amigos que me rodean, ni con el bar que tengo porque ninguno entendió lo que yo quise que entiendan, nadie lo entendió y estoy podrido de luchar contra todo eso. Yo me aburro desde que me levanto hasta que me acuesto. Pero no es un problema tuyo, hermosa (acompañado de mimo "Mano corriendo el pelo detrás de la oreja") es el problema es mío. Yo me levanto al lado tuyo y, si bien me siento mejor, sigo pensando en todo esto, pero no por tu culpa, sino porque yo estoy viviendo así actualmente, yo tengo la cabeza en mi indignación respecto del mundo en el que vivo, yo me siento un incomprendido. Estoy a tu lado, haciendo zapping y mientras cambio de canales mi cabeza está pensando en todo eso. ¿Cómo querés que te pueda dar lo que vos merecés? Yo se que vos necesitás otra cosa, Lucy. Asumilo, hacete cargo, no lo niegues mas. Basta de mentiras evidentes".
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"¿Vos te crees que yo no tengo ganas de decirte, vamosnos a Pinamar por unos días, después vemos? Y pasarla bien con vos. Es más, ¿Quéres que nos vayamos ahora mismo? Vos decime que sí, y te juro, que vamos a un par de lugares donde busco el dinero, te acompaño a agarrar tus cosas y nos tomamos cualquier cosa y aparecemos mañana allá y volvemos cuando tengamos ganas. ¿Vamos, Lucy? Pero, ¿Sabes lo que pasa? A mi me encantaría hacer eso con vos, lo haría una y otra vez y lo pensé miles de veces y como estoy seguro que la pasaríamos muy bien, vos vas a estar pensando que pasan otras cosas que no pasan. Vos vas a creer que yo quiero vivir con vos, que vas a entrar a tu casa y yo voy a estar con el wok esperándote, y no, porque mi cabeza está en otra frecuencia. Yo no quiero estar con vos. No quiero estar con vos en ese plan".
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"Tal vez dentro de un tiempo me pasen otras cosas, o me diga "Y sí, yo se que es La Mujer", porque yo lo se, Lucy, lo se. Pero te estoy haciendo perder el tiempo, la vida, y no puedo ver que llores o que sufras ni un segundo por todo esto".
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"Sos una mujer tan linda, y te quiero tanto. Sos la mina con las cualidades que siempre busqué y voy a buscar en una mujer, pero ahora te estoy haciendo perder el tiempo, tu tiempo y yo te lo tengo que decir. Si vos, al menos, entendés todo esto a mi me alcanza, hacé lo que quieras con esto. Si querés que sigamos juntos, a mi me encanta, pero me tenés que mandar a la mierda, Lucy. En algún momento te tenés que cansar o enojar".
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"¿Por qué te vas, Lucy? No quiero".
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22 octubre, 2006

Last Saturday Night

"Otra de esas noches clásicas para olvidar"
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21 octubre, 2006

We Can Work It Out

Try to see it my way,
Do I have to keep on talking till I can't go on?
While you see it your way,
Run the risk of knowing that our love may soon be gone.
We can work it out,
We can work it out.
Think of what you're saying.
You can get it wrong and still you think that it's alright.
Think of what I'm saying,
We can work it out and get it straight, or say good night.
We can work it out,
We can work it out.
Life is very short, and there's no time
For fussing and fighting, my friend.
I have always thought that it's a crime,
So I will ask you once again.
Try to see it my way,
Only time will tell if I am right or I am wrong.
While you see it your way
There's a chance that we may fall apart before too long.
We can work it out,
We can work it out.
Life is very short, and there's no time
For fussing and fighting, my friend.
I have always thought that it's a crime,
So I will ask you once again.
Try to see it my way,
Only time will tell if I am right or I am wrong.
While you see it your way
There's a chance that we may fall apart before too long.
We can work it out,
We can work it out.
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Yo me pregunto... We can work it out?

19 octubre, 2006

No MoRe, PleAse


Yo recomiendo que se armen un lindo blog y suban todas sus experiencias y pensamientos, pero no publiquen estas cosas. Entro a la librería a comprar libros y tengo que toparme con este "Top Ten de los mas leídos". ¿Qué es lo que está sucediendo?

Jorge Luis, Julio, Bioy, Milán, Julian, Tom, Marcel, Eduardo, Homero, Ovidio, Roberto, Leopolodo, Fiodor, Henry, Charles, Ernesto, Eduardo, Jean Paul, Michel, etc. etc. etc., me indigna que estén en el mismo estante que Victor, Beto y Cielo. Los libros de ese tipo deberían venderse en el supermercado, al lado de la carne envasada al vacío o de los productos para el baño. Y ustedes, en la librería, en la biblioteca, en mi mesa de luz, en mi vida.

17 octubre, 2006

Hoy

Detrás de mi hay una inmensa postal:
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"Ya no soy gris,
ya no voy mas a incendiarme, mi amor"
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11 octubre, 2006

Dejarte ir

Semana emotiva y movilizante si las hay.
En medio de la mezcla de sensaciones, el surgir de los sentimientos y la aparición de nuevos motivos, la búsqueda de aquello que uno sabe, le hace bien.
Por eso lo llamé a Ringo. Eran la 1:10 a.m.
Esta vez, no dí con el contestador (¿afortunada o desgraciadamente?), me atendió él.
Ahí estaba su voz y todo aquello que (me) trae esa voz y escucharlo.
- Hola
- ¿Hola Ringo?
- Hola...
- Soy yo...
-
Plaft!!!!!!
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¿Y ese ruido?, me pregunté.
Y la respuesta llegó sola. Me cortó.
-
Y con esa reacción de su parte me quedo porque es la actual, es la última, es la de hoy, es de él y es conmigo.
Con el dolor intenso que me provocó situación tan sorpresiva comienzo a recorrer la desilución y la caída del Emperador ante los suyos.
Busqué el espejo y fui hasta él desnuda para mirarme un rato largo. Ví tanta tristeza que me conmoví a mi misma.
Ya no habrá llamados para él y vendrá un tiempo de silencio voluntario que luego se ira conviertiendo en natural, después olvidar el número, mas adelante pasar a ser dos extraños como aquellos que fuimos antes de conocernos.
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Precisamente era eso lo que temía y ahora llega, aquí está conmigo. No le doy la bienvenida porque no lo quiero pero se instala y se queda, me hace compañía.
La extrañeza me toma y el ciclo se termina.
"Mi Ringo no me cortaría jamás el teléfono de ese modo", me digo. Pero lo hizo.
¿Acaso ya estaremos siendo extraños?
En esta noche muerta me retiro y te libero. Dejo mi corazón afuera, en la puerta, lo abandono dado que es la única forma de soltarte porque es tuyo y está conmigo, pero lo dejo y con eso te permito y me permito que andes solo sin cuidado, te dejo ir esta noche porque así vos lo quisiste, a pesar mío.
-
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10 octubre, 2006

Cuando lo que sabía que iba a pasar, pasa.

¿Por qué no haberlo evitado? Es la primer pregunta que uno se hace cientos de veces cuando llega ese lapso posterior, en el cual pasamos a ser conscientes de lo que acaba de sucedernos y que, aun sabiéndolo, dejamos pasar el tiempo con tal de tener un poco más.
Entonces supongo que mi instinto de conservación es disfuncional o sádico. Una u otra opción arrojan las mismas consecuencias y, seguramente sea por eso que cada vez tengo mas miedo de lo que puedo hacer por mí misma en este tipo de crónicas anuciadas de mi propia muerte.
Errática y abrumada reviso cada componente de la situación, tal vez en un intento por romper con la repetición de mis actos, para no volver a verme - como ahora - cayendo indefensa desde la cúspide de la anticipación pasiva y sin visualizar ningún sostén mientras me quiebro en pedazos con el desolador impacto. Se me ocurre hacer una revisión minuciosa y por escrito, probablemente para creerme que, con ello, la próxima vez que tenga la certeza de lo que va a suceder, voy a acudir a la lectura de dicha revisión y, tal vez, lograr cuidarme de la próxima caída. Pero la verdad es que tampoco se si va a resultar, entonces siento mas miedo. Aun así me encapricho (como siempre) y comienzo a a redactar la revisión;

  • Reproche permanente.
  • Repaso incesante de las frases mas dolorosas escuchadas durante el episodio.
  • Aumento significativo de la cantidad de cigarrillos fumados.
  • Sensación de irrealidad.
  • Espera prolongada del llamado que nos dice "Todo lo que pasó no tiene sentido, quiero volver a verte, no sabía lo que decía".
  • Aumento progresivo de la angustia mientras pasa el tiempo y esa llamada no llega.
  • Llanto desesperado al asumir que ese llamado nunca existirá.
  • Confirmación absoluta de la situación.
  • Flashbacks de los buenos momentos vividos previamente.
  • Llanto intenso.
  • Elección de banda de sonido apropiada para la ocasión.
  • Flashbacks de los malos momentos vividos previamente.
  • Aparición del odio: primero hacia uno, luego hacia el otro y, finalmente, hacia todo.
  • Caminata con desgano y sin fuerza hacia la cocina - donde se encuentra la bebida -.
  • Elección de la bebida mas fuerte y arrebato de un vaso para beberla cuanto antes.
  • Confusión extrema.
  • Aparición de pensamiento mágico: "Me tomo un avión y me voy a Nepal", "Nunca mas lo veo, desaparezco", "Le voy a hacer lo que sea para que se ponga mal como yo", "Se me va a pasar rápido", "Esto no me vuelve a pasar nunca más", "Si le hubiese dicho x cosa, esto no hubiese pasado - aun sabiendo que hubiese pasado igual - ", "Mejor que sucedió esto", "Las cosas pasan por algo", "Si tomo alguna pasta para dormir, mañana voy a estar bien", "Se va a arrentir y me va a llamar cuando note que no doy señales", "Cuando llame le voy a decir que no quiero volver a saber nada sobre él", "Pido unas sesiones adicionales a mi psicoanalista y ya fue", "En vez de irme a Nepal, me voy a Londres y dentro de 3 días", etc.
  • Toma de conciencia de lo inverosímil que es mi producción mágica de ideas.
  • Frustración y llanto acompañado de varios tragos de bebida.
  • Armado de un porro y, posterior, consumición del mismo.
  • Desolación.
  • Búsqueda del rincón preferido de la casa con mantita transcicional en mano.
  • Despliegue de pañuelos y papel tisue.
  • Paso del tiempo (horas) inmóvil en el rincón acurrucada con la mantita, mareo, dolor de cabeza, ojos paspados y segregación de lágrimas que no detengo, mas bien dejo caer por inercia y a veces saboreo - ya se que son saladas -.
  • Posesión abrupta del teléfono.
  • Comienzo de los llamados a ex novio, mejor amiga/o, psicólogo y (depende en qué circunstancia) mamá a cualquier tipo de horarios - en general, mucho mas que desubicados -.
  • Inconciencia respecto a los mensajes dejados a cada una de las personas mencionadas anteriormente.
  • Incremento de confusión, mareos, malestar y tristeza.
  • Decisión acertadísima: (dos opciones): 1. Si se está demasiado desvastada por todo lo consumido: abandono del rincón, partida hacia el dormitorio y, posterior, metida instantanea dentro de la cama. Conciliación del sueño. 2. Si se está demasiado consternada y no se logra sentir sueño (o el horario no lo permite): abandono del rincón, partida rumbo a la cocina, apertura del cajón-botiquín, búsqueda intensiva de la pastillita mágica, cambio de bebida: alcohol x agua para consumo del fármaco acompañado por un cigarrillo, preparación para darle la bienvenida al sueño, sábanas hasta el cuello hasta perder la vigilia (con previa desesperación al pensar en lo duro que sera el día siguiente).

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Ojalá la próxima pueda leer mi revisión y hacer algo diferente.
Now is very late for that.

09 octubre, 2006

Feliz Cumpleaños

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Agradezco que haya existido este día, en aquel año y,
que vos hayas nacido. Gracias, Lennon.

05 octubre, 2006

Adiós al Romance

Todavía me cuesta acostumbrarme a la idea de estar nuevamente sola. Ya pasaron muchos meses, demasiados para mi gusto, luego de que se haya terminado la relación con Ringo. Pero no logro adaptarme a vivir mis días sin él y , por lo tanto, sin estar en pareja.
Volver a las citas, a los llamados a cualquier hora, al manotazo de ahogada, al pedido de auxilio, al "quedate a dormir que no me quiero quedar sola", al "I need unos mimos, vení".
No hay un sólo día que no me acuerde de Ringo y de lo que me gustaba compartir mi vida con él, a pesar de que a veces le mentía, pero era sin malas intenciones, solo quería estar con él.
Camino por la calle y pienso en él.
Vuelvo a casa, luego de trabajar todo el día, y aun lo busco.
Cocino y rememoro nuestras cenas y se me va el hambre.
Me acuesto en la cama, y lo extraño a mi lado.
Me sirvo vino, lo bebo, y espero escuchar el ruido que provocaba cuando revolvía el hielo con el dedo.
Así se pasan los meses y mi vida junto con estos meses.
Y quiero que pase el tiempo y llegue el futuro, pero cuando llega, quiero que llegue el otro futuro y, de ese modo, paso el tiempo esperando que se me pase la vida más rápido.
En estos días, en los que sigo esperando que se pase el tiempo sin adaptarme demasiado a las citas y los nuevos protagonistas de las mismas, hago lo que puedo y trato de dispersarme.
Lo llamo casi todas las noches pero nunca lo encuentro. El contestador es una fija. Luego del silencio que se provoca al cortarle al contestador, se me vienen encima los 2 años que compartimos juntos.
Antes de llamar y encontrarme con el contestador, antes de extrañarlo tanto, antes de volver a las citas, antes del "I need unos mimos, vení", antes de los llamados, antes de entrar a casa y no escucharlo, antes de irme a dormir y no tenerlo al lado mío, antes de todo esto, estaba Ringo conmigo. Estábamos en pareja y enamorados. Todo aquello que sucedía en esos dos años que compartimos y que voy a seguir extrañando.
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36 Old fashioned feelings about dating:
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* La emoción al ver su nombre loguearse en el messenger cuando buscada, a través de todos los medios, ponerse en contacto conmigo.
* El olorcito que comenzaba a sentirse en el pasillo previo a la entrada de su casa.
* Las dudas sobre qué ropa ponerme para que me vea mas linda y distinta.
* Caminar por la calle y detenerme en algún negocio pensando en aquello que a él le falta para regalárselo.
* La ansiedad demorada, por esperarlo a él, para escuchar un disco nuevo recien comprado.
* El nuevo sentido de horarios insignificantes.
* La cola mas linda y mas querida deambulando por el dormitorio.
* La vuelta a casa con parada obligatoria para comprar un vino que nos guste.
* Mi conexión novedosa con los sonidos de la batería.
* El olor a chop suey en su casa al compás de los Beatles.
* La tranquilidad de saberme acompañada a la distancia.
* Los "¿Te dormiste ya?" a la madrugada.
* La suerte de encontrarme con algun conocido cuando estaba con él y presentárselo con alegría y orgullo.
* La suspensión de toda actividad un día de semana para quedarnos juntos porque no queremos otra cosa.
* El oído atento esperando que vuelva de trabajar.
* La lecitina de soja incorporada a nuestras vidas.
* Mi silencio luego de su reproche por comer queso siendo constipada.
* Mis ojos llenos de lágrimas al escucharlo decir "sos mi mitad".
* La baja presión luego de pasar largo tiempo en la bañadera haciendo el amor.
* Los palos de batería en el living de casa.
* Sus anteojos en la mesa de luz.
* Cocinar para dos, pensar por dos, vivir de a dos, calcular las demoras de dos, responder las invitaciones a cumpleaños; fiestas; cenas; recitales y demás por dos.
* Los besos en el hall de abajo apenas le abría la puerta del edificio junto a la sensación de "Qué bueno que viniste".
* La deshidratación inventada luego de no vernos por varias horas.
* Las estrellitas en su batería que tanto me gustaban cuando lo miraba tocando.
* Sus particulares con olor a whisky.
* Las ganas de salir a hacer todas mis actividades para que al finalizar el día, volvamos a vernos y seamos los mismos.
* La contención incoparable que me sostenía con alegría en las peores circunstancias.
* Los hábitos al comprar.
* Los dos juegos de llaves.
* No necesitar decirle "Quedate conmigo que no me quiero quedar sola" a ningun desconocido.
* La ausencia de citas y preservativos.
* La certeza de querer envejecer junto a él.
* Conocer la cara del hombre con el que deseo pasar el resto de mi vida.
* Los corazones en el espejo empañado del baño.
* La angustia de saber que si existiese un día después de Ringo, no pudiese haber nada.
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Ahora que ya pasaron muchos días después, siento esa angustia conmigo porque era verdad, no hay nada después de Ringo.

04 octubre, 2006

Un sábado y un hombre (es)Tupidos.

Volvía de trabajar, escuchando los temas que había escogido en su reproductor de mp3. Se detuvo a comprar flores, es la época de las fresias y le gusta ponerlas en agua para perfumar su casa. Siempre creyó que cuando se siente bien durante mas de 8 horas y en un mismo día entonces, es una buena ocasión para comprar flores. El buen humor y el bienestar consigo misma los asocia con que haya flores en su casa. Si no hay Romeo que regale flores, esperemos al buen humor de la novena hora, pensó.
Ya en su casa, puso las flores en agua y el celular comenzó a vibrar. Le había llegado un mensaje de texto de Felipe que, bastante ansioso, comenzaba a tantear con indirectas poco sutiles si ella mantenía reservada la noche del sábado para salir con él.
Sí, ella la mantenía reservada.
Con paciencia y con esmero, respondía los mensajes de texto de Felipe. Pasaba la tarde y, con mas paciencia que esmero, le confirmaba su sí para ese sábado. Apenas molesta por tanta insistencia y desesperación.
Habían estado juntos solo una noche, bastante trunca pero, justamente por eso, ameritaba una segunda oportunidad para ver si las cosas mejoraban o si era una incompatibilidad sin retorno.
Lo extraño era que Felipe la había pasado "E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R" esa misma noche que Ema prefería dejar atrás y, por eso, tenía reservado ese sábado. Ema sabía que, en verdad, ella se había comportado de una manera bastante generosa y solidaria, aquella noche y, por lo tanto, comprendía que él la recordase como espectacular. Pero de favores no se puede vivir cuando se trata de compartirse sexualmente. Entonces, la segunda oportunidad era letal para Ema, para Felipe era mas bien un sábado increíble asegurado.
Felipe hace mucho tiempo que no estaba con una mujer. La última mujer con la que había estado era su ex novia, y ya habían pasado unos 5 meses. Durante esos 5 meses se la pasó trabajando, haciendo reuniones (bastante parecidas a las que hacen los adolescentes) con sus amigos - téngase en cuenta que Felipe tenía 30 años -.
Con un discurso poco creíble trataba de asombrar a Ema a quien, no solo no le resultaba sensato sino mas bien estúpido por el poco sustento que tenía aquella postura de macho inconmovible (que no provoca que le guste mas un hombre, sino todo lo contrario).
Aun así, había una segunda chance. Ese sábado.
Alrededor de las 20:30 hs, Felipe la llamó y hablaron para ultimar horarios y lugar. El lugar acordado fue la casa de él y el horario dependía de Ema, dado que tenía una cena con su familia, con lo cual, cuando terminase iría para la casa de Felipe.
La cena fue entretenida y duró hasta la 1 a.m. aproximadamente. Cuando estaba por salir, le mandó un mensaje de txt a él para avisar y así, se dirigió hasta la casa de Felipe.
Felipe la esperaba ilusionado y ansioso como un niño que espera para abrir regalos grandes. Había ordenado su casa y, también, la había limpiado. Lucía muy bien y creyó que era lo correcto para esperarla y que ella se sienta bienvenida.
Ema llegó con una botella de vino tinto, sirah. Él lo sirvió y se sentaron en el living a beberlo y conversar.
Él tomó su saco y lo colgó en el perchero del living. Hablaron de diversos temas. Ema sentía que, la mayoría de los temas, él los quería cerrar rápidamente como queriendo pasar a la "etapa siguiente" y eso le molestaba bastante. Reaccionó como lo hace siempre que percibe ese tipo de actitudes y, entonces, buscaba temas y más temas para continuar hablando.
Siempre creyó que una cita de esas características amerita beber un buen vino con una charla interesante de por medio, antes de pasar al toqueteo y la excitación. Parece que Felipe reaccionaba al estilo canino y no como Ema hubiese preferido.
Aun así, siguieron conversando un largo rato pero Felipe comenzó a manosearla y acercarse para besarla y, de esa manera, no dejarla hablar demasiado.
Ema no podía beber el vino, no podía disfrutar su cigarrillo, no podía darle chances para que, hablando, remonte la pésima imagen que se había llevado de él en la cita anterior, no podía desear sus besos porque Felipe estaba tan encima de ella que provocaba mas rechazo que deseo.
Siguieron una hora más en ese sillón, ella tratando de conversar o disfrutar el buen vino y la tranquilidad, él queriendo sacarle la ropa y tirándose encima de ella como un animalito.
La situación se fue tornando densa asi que Ema pensó que lo mejor era dejarse llevar y pasar esa noche de la mejor manera posible, si es que todavía había posibilidades. Ni si quiera pudo fumar un cigarrillo de marihuana que la hubiese ayudado a desconcentrarse un poco y sacar de foco esas ideas sobre él, como para poder disfrutar un poco más la velada. El ataque de Felipe, cual fiera desatada, era cada vez más pegajoso, asi que no hubo más tiempo para nada.
Pasaron al dormitorio de Felipe.
Él propuso poner una película y ella, encantada por el supuesto stop de la fiera, dijo que sí y eligió la película. Vidas privadas fue la película que escogió de las opciones que él le dio. No la había visto y, si bien no tenía buenas críticas, quería verla.
Felipe puso la película y, ambos, con algunos mimos de por medio se dispusieron a verla.
Al cabo de menos de 5 minutos, cuando Ema ya estaba inmersa dentro de la trama, Felipe comenzó a tocarla y provocarla. De nuevo esta situación, pensó ella. Por Dios, le voy a pegar una piña fuerte si sigue, pero voy a tener que seguirlo, ya estoy metida acá y ahora no puedo bancarme una mentira para salir, asi que hay que pasar esta noche cómo sea, continuó pensando Ema.
Los minutos siguientes fueron el inicio de una situación bastante bizarra para ella y de, una buena noche de sexo para él después de tanto tiempo. Qué bueno encontrar una mina para coger un par de noches por semana después de todos estos meses de ayuno, estoy contento y quiero seguir con esto y no preocuparme por aprender los mandamientos básicos para coquetear con una mujer, pensó Felipe y se sentía felíz y complacido como si no fuese él.
Su ex novia le había planteado, antes de cortar la relación y de manera muy contundente, que él no cogía bien y que, sexualmente no sabía hacer muchas cosas necesarias para el buen sexo y que tenía que mejorar erótica y sexualmente cuanto antes. Luego de aquel episodio, Felipe se encontró teniendo problemas para mantener su erección y, para sentirse sin complejos en la cama con una mujer. Ya no había vuelto a ser cómo aquél que era antes de dicho episodio. La primera noche que estuvo con Ema, había tenido esos problemas y había tratado de hacer lo mejor que podía para no enturbiar la emoción de momento. Tuvo dudas sobre cómo la pasó Ema esa noche y sobre lo que había sentido con relación a lo sexual pero cuando vio que ella respondía favorablemente a su invitación del sábado por la noche, creyó que ella había gozado y disfrutado plenamente de aquel jueves que pasaron juntos por primera vez. Ahora, se encontraba hundiéndose en sus tetas y tocándole ese culo que tanto le gustaba porque era, simplemente, perfecto. No soy digno de esa colita y esta mujer, pensó Felipe y se sumergió en el cuerpo de Ema como un tormento alocado por meterse entre las nubes en una noche lluviosa de invierno.
Ema trató de frenarlo en varias ocasiones, hasta llegó a decirle que quería ver la película y luego dedicarse a lo que los reunía, pero no hubo forma y ya lo tenía encima, chupándole las tetas y diciéndole que le gustaba su culo, que era hermosa y que era un pedazo de mujer infernal. Qué horror que encima me diga estas cosas, pensaba Ema mientras lo sentía a Felipe, intentando desnudarla por completo para luego, hacerlo él.
Le sacó la ropa y, seguidamente, él también se desnudó.
Lo sentía encima, desnudo y se dejó rozar un segundo sin pensar en nada, a ver qué se sentía piel con piel. Se sintió molesta y con cierto dolor, luego de estar 10 minutos con Felipe encima. Miró bien el cuerpo de él y volvió a mirarlo. Notó algo extraño y trató de investigar un poco más. De un momento a otro, comprendió qué era aquello que raspaba tanto su piel: Él se pasaba la maquinita de afeitar por todo su pecho y por toda la espalda y, los pelos en pleno crecimiento de semana y media, se asomaban pequeños, duros y fuertes. La pinchaban, la raspaban y le dolía.
No solo se afeitaba una parte, sino todo el pecho y la espalda.
Mientras él intentaba, ahora, penetrarla, ella sentía algo entre sus piernas pero estaba muy flácido y era muy pequeñito.
Felipe tenía un pene muy pequeño y, encima, problemas para mantener la erección - no olvidemos este dato, por favor -.
Ema cerró los ojos y trató de montárselo como una yegua caliente, lo más rápido posible. Si acaba muy rápido, le doy un premio, lo juro, pensó ella.
Él estaba tan caliente y emocionado al verla gozar tanto, que se dejó llevar por su excitación y se vino al escuchar el orgasmo de Ema.
Ema veía que Felipe estaba cada vez mas caliente y sintió estar cerca de su objetivo y tener que hacerle un regalito, por lo tanto, comenzó a fingir un lindo orgasmo como para terminar de calentarlo y darle la señal esperada que indica: "Ahora podés acabar, no sos un egoísta, ella ya lo hizo".
Felipe se vino y disfrutó cada segundo de la buena cogida.
Ema sintió la gloria cuando sintió a Felipe terminar.
¿Me habré perdido mucho de la película o estaré a tiempo de verla bastante completa?, pensó ella mientras encencía un cigarrillo.
Él se acomodó cerca de ella y la miraba sonriente.
Ella fumó y él fue a apagar la película. Fuck you, nene, tuvo ganas de gritarle a él.
Tirados en la cama, ambos, desnudos y en silencio, permanecieron un pequeño rato.
Terminado su cigarrillo, sintió que él respiraba de un modo distinto, casi con un ronquido y eso le indicó que se había dormido cuál cerdo luego de comer.
Bueno, habrá que intentar dormir lo mejor posible, voy a pensar en Ringo y a inventarme alguna historia nueva a ver si puedo ir provocando que me de sueño, se dijo a sí misma hasta que se durmió.
La luz entraba por la ventaba que tenían frente a la cama y despertó a Ema pero se quedó tratando de volver a dormirse un rato más. Lo logró pero a los 35 minutos, sonó su celular. Era Johny y quería hablar con ella, necesitaba hablar con ella. Ema atendió y, sorprendida por la llamada de Johny un domingo a las 12:30 hs, le dijo que estaba dormida y que la llamara luego.
Cortó y se despertó definitivamente, asi que comenzó a moverse.
Luego del primer movimiento de ella, él sintió su cuerpo y se despertó también.
Se saludaron, y ella salió rápido al baño.
Hacía pis y se sentía con mucho dolor. Se miró en el espejo y Zas!, tenía sus costillas rojas, su vientre en llamas y la espalda colorada, toda paspada y con dolor. Maldito oso de mierda, dijo Ema mientras tiraba la cadena del baño.
Qué caliente me desperté y cómo me la voy a volver a coger, pensó Felipe reposando en su aposento luego de tirarse algunos pedos y esperando que Ema regrese del cuarto de baño.
Volvió al dormitorio y Felipe la esperaba con una sonrisa. Ella no se animó a decirle nada sobre su cuerpo paspado, le daba vergüenza ajena. Quería irse cuanto antes.
Felipe se acercó a Ema y comenzó a manosearla. Ella ya no pudo resistir sus ganas de decirle los peores insultos que jamás había dicho, y se corrió suavemente. Luego, él volvió a insitir y ella volvió a resistirse. Nuevamente pasó lo mismo, pero ahora se agregan los besos pegajosos y llenos de saliva recien levantada. Ella le hablaba y mientras lo hacía, una mentira comenzó a salir natualmente de su boca y le gustó tanto que la terminó completa. Él no quería que Ema se fuese, quería pasar el domingo con ella, le gustaba mucho y quería tenerla a su lado, pero escuchó el celular de Ema y ahora, comprendía que había surgido una partida de TEG posprogramada y tenía que dejarla ir.
Sintió que él intentaba una vez mas cogérsela, pero se negó con movimientos poco disimulados. No le importaba a esta altura si él se daba cuenta.
Le pidió un café y él se lo trajo, encendió un cigarrillo y comenzó a ponerse la ropa interior, indicándole a él que en breve se iba a retirar. Mientras se vestía, lo miró y lo vio desnudo con el slip puesto y con mucha luz. La espantó ese pecho con pelo a medio crecer y tuvo que preguntarle (no solo se sentía horrible ese pelo rozando su cuerpo sino que ahora lucía mal).
-
- ¿Vos te hacés algo en el pelo de tu cuerpo?
- ¿Por qué lo decís? , preguntó él mientras se tocaba la panza y se miraba.
- Porque me da la sensación que tenés el pelo de tu pecho y tu espalda como cuando alguien se pasa la maquinita.
- Ah, sí. ¿Te diste cuenta? Qué, ¿Se nota?
- Si, me dí cuenta... y se nota...mucho se nota, se siente. ¿Qué es lo que te hacés?
- Me paso la maquinita en el pecho y en la espalda porque tengo mucho mucho pelo, no sabes lo que soy, y no me gusta. ¿Te gusta así?
- No, no se si me gusta, no pensaba en eso. Pero me intrigaba y me parecía raro que un hombre se saque los pelos. Aparte los pelos naturales del hombre, aunque tenga muchos, son suavecitos. En cambio, si te los afeitás, se quedan muy duros y como que parece que raspa, dijo ella tratándo se no ser demasiado cruel.
- No, pero no sabes lo que soy yo. Tengo mucho pelo, es demasiado, me lo tengo que sacar, aparte no me gusta...
- ¿Y no probaste con depilarte con cera? Se me ocurre eso porque no crecen tan duros, los va debilitando la cera. Eso nos pasa a las mujeres con los pelos que nos depilamos.
- Si, vos te depilás toda toda. No tenés ni un pelo. Eso me flasheó a full la primera noche que estuvimos juntos, me vuelve loco. Te toco y sos toda suavecita, hermosa.
- Sí, soy fundamentalista del no-pelos-salvo-los-de-la-cabeza. ¿Está bueno que el otro se sienta suavecito, no?
- Si, es buenísimo, me enloquece, me dan ganas de raptarte acá por unos días y quedarme en bolas con vos, tocándote todo el tiempo y sintiendo tu piel. Me pongo re peluche (?).
- ¿Qué es "re peluche"?
- Jaja, re peluche es como un osito, como mimoso, como pelotudo bah.
- Ah si, re OSO! Jajaja!!, y apenas terminó de decirle eso pensaba en los pelos de un oso medio salvaje y medio panda.
- Pero si, me depilé un par de veces.
- ¿Fuiste a una depiladora o qué? Explicame bien.
- Si, fui a un lugar como los que van ustedes y me depilaron el pecho y la espalda pero no sabes lo que fue. Me re dolió, horrible.
- Bueno, pero la primera vez siempre duele un poco, luego ya no.
- Si, ya se, pero la mina me dijo que era muy díficil depilarme porque tenía demasiado pelo, que nunca vio a alguien con tanto pelo. Asi que me tenía que ir sacando de a partecitas muy chiquitas, y era un quilombo.
- Ahhh, claro. Qué mal eso. Pero te podés poner cremita o afeitarte mas seguido como para que no te salgan tan duros.
- ¿Pero se nota mucho, che?
- Y sí, estoy como un poco paspada. Pero quizás soy yo que soy demasiado suevecita y tengo la piel muy sensible, qué manera de decir boludeces pensó Ema.
- Si, que se yo. Un día me podés pasar la maquinita por la espalda. Me re cuesta sacarme atrás. ¿Dale?...

(Silencio muy largo)
-
- Estaría re bueno. ¿Dale?, insistió él.
- Bueno, no se si tanto...nunca afeité a alguien. Vemos, otro día vemos.
- Dale, sí. Estaría re bueno.
- ... ajá, balbuceó con disgusto y un rechazo tal que tuvo que apurarse y vestirse más rápido.
- ¿Está rico el café?
- Si, re rico, gracias.
- ¿No querés comer nada?
- No, no, gracias. Con el cigarrillo y el cafe me levanto 10 puntos.
- Ah es bueno saberlo.
- Si me estuviese levantando en mi casa, pondría música.
- Qué bueno.
Poné música, imbécil!!!!, pensó ella en ese mismo momento.
- Si, re bueno.
- ¿Ya te vas? ¿Ni un ratito más te podés quedar?
- No, no puedo. No sabía que me iba a tener que ir tan rápido, pero ya quedamos y sino llego a cualquier hora y termino haciendo todo rápido y los domingos no me gusta tener apuro.
- Claro, está bien. Bueno, pero la próxima te quedás todo el domingo que es un bajón y que re da para pasarlo juntos.
- Si, vemos. Todo bien.
- Buenísimo. ¿En qué te vas?
- Y no se. El día está re lindo, pero no se qué puedo tomarme asi que seguro en taxi.
- A vos te deja el 152.
- ¿Dónde me deja? ¿Dónde se toma?
- Lo tomás acá a la vuelta, yo te acompaño. Y te deja a 4 cuadras de tu casa mas o menos, en el camino te explico bien.
- Ah, buenísimo. Nunca tengo idea de lo que puedo tomarme. No salgo de 3 colectivos que suelo tomar.
- Si, ese te conviene.
- Buenísimo.
- Qué colgada que sos.
- Si, eso dicen.
- Si, a full. Pero te queda bien. La pasé muy bien anoche y hoy. Me gusta estar con usted, señorita.
- Bueno, gracias Señor. ¿Yo dejé mi sweeter en dónde?
- Ah, yo te lo colgué allá en el living cuando llegaste anoche.
- Me lo iba a olvidar. ¿Me lo pasás? De paso vamos para allá que tengo mi cartera allí.
- Dale, si. Tomalo. Estaba acá, ¿Ves?
- Ahh, ni me había dado cuenta. ¿Me acompañás entonces?
- Si, si. ¿Cómo no te voy a acompañar?
- Jaja. Por suerte tengo en la cartera mi reproductor de mp3. Asi que voy escuchando música que yo elegí, me encanta eso.
- Qué linda que sos.
- Hace calor, mirá cómo está el día, un sol tremendo.
- Si, está re lindo. Ahora cuando vuelvo voy a prepararme algo para almorzar y después voy a mirar a River al barcito de la esquina.
- Ah cierto, es domingo y hay fútbol.
- Si, niña! Claro!!
- ¿Tarda mucho el colectivo? ¿Tenés idea?
- No, viene rápido. Mirá, allá a lo lejos viene uno.
- ¿En serio? No veo nada sin anteojos. Un desastre lo mío.
- Jaja. Para algo estoy yo, linda.
- Jajaja. Bueno, hablamos, dale? Pasala bien con tu domingo.
- Dale, ganá el TEG y hablemos. A ver si la próxima conozco tu guarida y pasamos un domingo más tiempo.
- Muá.
-
Al llegar a su casa, se desvistió, se prendió un cigarrillo, preparó un Campari con tónica y limón, puso a los Beatles a todo volumen, y prendió su ordenador. Mientras iba hacia el tocador, se miró en el espejo y se vio completamente paspada. Hizo pis y tomó un pote de crema para el cuerpo. Se dio un buen baño y, al salir, volvió a tomar la crema, se tiró en el sillón desnuda, y comenzó a pasarla por todo su cuerpo herido por un tupido animal.
Esta historia no va, nunca más, yo sabía... ¿Para qué me meto en estas cosas?, pensó mientras bebía su Campari.
Se puso la ropa interior color celeste que tenía preparada en el cuarto de baño y comenzó a cantar el estribillo de "All I've got to do".