24 septiembre, 2006

La vida sin Equis

Equis = Ringo.
La vida sin Ringo es puro domingo.
-
"Cultivé tantas rosas que alguna me tuvo que herir,
lustré bien los zapatos aquellos con los que me acostumbré a huir.
Dí mi número de casa, a todos menos a la traición,
y compré un regalo para tu silencio y para mi voz.
Y la ruta del invierno y el frio de Abril,
y conseguí un trago, un abrigo y un souvenir.
Frescos como uvas, nuestros días en mi memoria"
-

21 septiembre, 2006

Tenía que exigir definición

Hay palabras dentro de una frase que no pueden comprenderse con soltura y rapidéz como otras, porque corro el riesgo de entenderlo como yo quiero, prefiero o, en términos mas simples, como me convenga según mi ánimo, sensibilidad and another woman things.
Por esa razón, me atreví y pedí definición.
¿Qué le quiere decir un hombre a una mujer cuando le dice "sos una mujer interesante"?
¿Es bueno o malo?
¿Es como cuando se describe a alguien diciendo "es simpática"?
¿O es lo que yo, verdaderamente, busco que un hombre aprecie about me?
Tantas conjeturas por minuto en mi cabeza van dejándola/me cada vez más complicada.
Hoy me levanté de buen humor y exigí definiciones. Lo logré y la obtuve.
He aquí dicha definición y, al mismo tiempo, la respuesta a todas las preguntas-conjeturas anteriormente mencionadas (entre otras censuradas).
-
Johny: Sos un mujer muy interesante, sabías?
-
Lucy: ¿Qué queres decirme cuando me llamás interesante? Lo hacés seguido. Exijo definición.
-
Johny: Interesante es una mujer que muestra y esconde al mismo tiempo, que exhibe y
sugiere, que piensa y hace pensar, que puede ocupar muchos lugares y jamás perder su
esencia, que da gusto escuchar y que querés que te escuche... Sí, definitivamente, sos
interesante...
-
Ya son las 19 hs, sigo de buen humor y con un tema menos para conjeturar mientras viajo rumbo terapia.
Congrats, Lucy.
Thanks Johny.

20 septiembre, 2006

¿El Principio del Amor o la Adulación per se?

Lucy,

y me morí de placer cuando leí tu mail. Mi sonrisa no afloja. Tenés una manera tan especial de hablarme, de tocarme, de escucharme....
Sos linda, interesante y súper hot...
Me encantaría estar ahí, llenándote de mimos y besos...
Me mató lo de la estantería: EXCELENTE y VIGENTE....
Besos, J.

15 septiembre, 2006

Mi Homenaje a la Carne Roja.

"Ya que no me gusta la carne roja, dedicí hacerle un pequeño tributo a través de 13 relatos cortos, very short. Si no la puedo comer, sí la puedo recrear de diversas maneras.
Con ustedes, mi homenaje. Bon Appetit!".




1.
Fumo y camino desde hace poco más de 2 horas y 43 minutos. Siento que si me detengo, puedo rozar la penuria y el desamparo. Evito recordar sus sensuales movimientos mientras me dejaba. No quiero evocar sus piernas cuando se marchaba, pero lo hago. Fumo y camino, pero ahora lo hago más rápido. La cobardía me persigue y, creo, me está alcanzando. Incapáz de dar una respuesta, de hacer algo con mi vida, de pensar en un proyecyo que me haga sentir menos imbécil, o tal sólo una mínima acción satisfactoria, placentera, pero no.
Abrí mi bolso buscando un masticable y, encontré la servilleta de papel que ella me había pegado con imanes en la heladera, hace algunos años. Decía: "no ser carne ni pescado"...nunca la había entendido.
Ahora, mientras la guardo, me doy cuenta que la frase continuaba del otro lado:..."es resultar indeciso, indefinido e insípido". Qué tarado...tantos años mirándola caminar en tanga por nuestro cuarto, repitiendo en voz baja: "No ser carne ni pescado"...





2.
Carnosidad: Dícese de la excrecencia carnal Anormal. Entonces...¿También incluye todo aquello que se agrega en las cirugías plásticas?
¿Siliconas vs Carnosidad?...
...o ¿Será una excrecencia carnal que se incrusta en el cerebro y bloquea el pensamiento?...
Conclusión: Creo que la excrecencia de carne de la que se deshacen los que intentan afilar su inteligencia, finalmente, va a parar al nuevo par de tetas que, ella lucen con sus exhuberantes escotes. Sí, y por las que pagan una cantidad equivalente a lo que él ganó haciendo horas extras durante 3 años y 4 meses o, en el caso de los más jugados, lo que ganó metiéndole el dedo en el culo al que, por su excrecencia carnal (su cerebro), todavía está pagando en cuotas (con intereses) los 24 tomos de la enciclopedia británica con la que soñó cada año de su tan poco valorada existencia.




3.
Y toda esa gente colmada de avidez, que es arrastrada por su oralidad hacia los decadentes tenedores libres...
¿Por qué no se les llenan los ojos de alegría, mientras segregan saliva sin parar, cuando ven que sigo de largo sin detenerme en ninguna de ESAS bandejas mal olientes, llenas de carne de hace; por lo menos, una semana atrás, cuando era fresca y se las cobraban bien caras y, las pagaban satisfechos y, que ahora está ahí, transformada en estofado, guiso, albóndigas, pastel de carne, relleno de cualquier pasta, croquetas, hamburguesas, empanadas - o "empanaditas / empanadillas", si el comedero aspira a ser de mejor nivel y, se las ofrece para que puedan calmar su carnosa ansiedad -.
Bolognesa chorreando en cualquier plato - todos prostituyen el menú metiéndole esa salsa -, paté, fajitas, tacos, y toda esa lista "gourmet" por la que se desviven pero, no logran alegrarse cuando, al verme pasar con vegetales, se aseguran de que les va a alcanzar?
Sí, van a poder repetir y no se termina!!!
Stop. Sin más preguntas para dar a conocer, dado que lo más probable es que, ahora, me esté leyendo uno de ellos.








4.
Carne, según el diccionario de la Real Academia Española:
1. f. Parte muscular del cuerpo de los animales.
2. f. Alimento consistente en todo o parte del cuerpo de un animal de la tierra o del aire, en contraposición a la comida de pescados y mariscos.
3. f. Parte mollar de la fruta, que está bajo la cáscara o el pellejo.
4. f. Parte material o corporal del hombre, considerada en oposición al espíritu.
5. f. Uno de los tres enemigos del alma, que, según el catecismo de la doctrina cristiana, inclina a la sensualidad y lascivia.





5.
Carnofobia: miedo irracional a la carne. Temor a comer carne. Adversión anormal a la carne.
¿No son muchas y, muy variadas, las razones para ser un carnofóbico?...
...¿Carne de Diván?







6.
El Jueves por la tarde, el niño A (Andrés) se dirigía a pie hacia la escuela. Caminaba junto a otro niño B (Beto) de su misma edad. Mientras caminaban, se iban pasando una bolsita de caramelos masticables.
Andrés cumplía años.
Durante su recorrido hacia el colegio, intentaba confundir a su amigo Beto para que, finalmente, éste le contara algo acerca del regalo que le haría el sábado por la tarde, día en que Andrés festejaría su cumpleaños con una fiestita.
Estaban tan entretenidos y divertidos que el juego y, la pequeña conversación que llevaban, logró ocupar toda la posible atención de ambos.
Llegaron al cruce en donde se encuentran las vías del tren. Sin mirar, el niño del cumpleaños apuró su marcha empujado por la mezcla de ansiedad y excitación que, hace de fuerza motora en todo niño pequeño.
En un abrir y cerrar de ojos fue arrollado por el tren.
Cayó unos metros adelante, pasada la vía, sobre el borde de la calle. Su cabeza despedía sangre y mas sangre sobre el asfalto; sus piernitas se movían como si estuvieran subiendo por una montaña que esconde un vacío desgraciado por detrás.
El resto de su cuerpo en carne viva.
Carne en el asfalto, carne en alguna rueda del tren - entre tantas -, carne salpicando a todo su alrededor, carne...mucha carne de niño, de su cuerpecito.
Su compañero, Beto, se quedó allí quieto, sosteniendo la bolsita de caramelos masticables que eran capaces de disipar tanto olor a carne, ese sabor a carne viva y, se preguntaba qué hacer; si acabarse los caramelos masticables o seguir caminando hacia la escuela. Esas eran sus opciones.
El niño A, Andrés, no lloraba pero tampoco decía nada, solo sangre y carne viva. Ni si quiera contestó cuando su amiguito le preguntó qué se sentía cuando el cuerpo estaba en carne viva. Su amigo le hizo adiós con la mano y echó andar camino de la escuela.
El resto, era carne viva.





7.
Dentro de los diferentes tipos de carne podemos encontrar uno llamado: "Carne de sábado".
¿Cuál es su significado?...Depende.
Literalmente significa: extremos, despojos y grosura de los animales que se permitía comer en este día.
Ahora que he terminado de lavarme la cara y beber un vaso de agua tónica, puedo recordar, nítidamente, lo mas que me ha tratado la noche pasada. Alejo esa vulgar excusa y, entiendo cada vez con mayor claridad que, de un tiempo a esta parte, suelo amanecer acostado y acosado por la "carne de sábado".
Entonces me asombro y la miro a mi lado. Me visto tratando de hacer poco ruido - sin saber su nombre ni su número de teléfono - y me voy apurado, pero satisfecho, hacia lo del abuelo que me espera para preparar el asadito en familia. Ya es domingo, claro.









8.
A los animales que se alimentan de plantas o, en su defecto, no comen carne, se los llama Herbívoros. A las personas que comen verduras o, en su defecto, no comen carne, se las llama Vegetarianas. Algo así como una analogía.
Entonces, ¿Por qué tanta precisión? ¿Es indicador de algo que, animales y hombres que no comen carne, tengan nombres distintos?
A los animales que sí comen carne y, a las personas que también la consumen, se los llama carnívoras.
¿Se habrá puesto el acento en lo animal que es el hombre cuando está frente a la carne?
Me preguntaba....los vegetarianos: ¿Qué sentirán por el goce de lo carnal?
A veces se piensa en este tipo de cosas y siempre nos quedamos en el punto de partida. No hay respuesta.
Mañana voy a salir con un vegetariano, tal vez podamos debatirlo. Who know's?...




9.
Me preguntaba por sobre la relación entre el paso del tiempo y la carne. En la medida en que se sucedían distintas representaciones al respecto, creo que no pude avanzar - como tantas veces - y me quedé aquí mismo proyectando, en el techo de la habitación, al tiempo y a la carne.
Es de conocimiento popular que si dejamos la carne unos cuántos días en la heladera o en la mesada de la cocina, no sólo nos invadirás el apestoso olor que emana la carne en ese estado de putrefacción, sino que terminará de pudrirse literalmente, y ya no sirve.
Primer no sirve, pensé - siempre cuento los no sirve -.
Luego se me ocurrió que muchas personas, entradas en años, dejan de comer carne (sobre todo roja) para cuidar su figura, su salud - son los menos -, su colesterol y demás. Entonces se produce una transposición de los cuidados carnales. Ya no les preocupa que la carne lleve 5 días fuera del refrigerador, pero les preocupa que la carne decaiga de los párpados y sus alrededores. Como consecuencia, ya no sirve (¿Su cara, la carne, los párpados o qué?) pero, lo cierto es que, se encuentran con su cirujano y, confirman ambos, que esa carne ya no sirve - 2do no sirve -.
También pensé en aquellos que deben acudir a distintos sitios para "embolsar al fiambre" que, posteriormente, será reconocido por algún valiente familiar. Estos trabajadores se suben a ese asqueroso escenario, producto de la carne muerta, del fiambre. Y, ya no sirve -tercero-.
Ahora, siendo las 2:46 a.m. estoy mirando o siendo parte - aun no lo se - de otro escenario carnívoro, cuya razón de ser radica en que tiempo y carne deben negociar, pactar y, de no hacerlo, comienza la cuenta regresiva.
Escucho gemir a mi desdichada tía, llorar a mi hermana, golpear la mesa a mi abuela y gritar con negación a mi madre. Me detengo allí, intentando leer lo que dicen todos estos personajes que componen la escena, descifrando el mensaje crucial. Y noto que, básicamente, se eleva una imploración a Dios, a través de la cual se le pide un día más con él, con el difunto marido de mi madre o, mi padre.
Y su Dios se la concede.
Le otorga un día más de gracia, pero sin su cuerpo. Solo su presencia espiritual. Sin la carne.
"La carne ya está podrida. Falleció hace 9 días. Encontraron el cuerpo 6 días después de su muerte. Ya no sirve su cuerpo (cuarto), el estado en el que lo ha encontrado es de absoluta descomposición. ¿Su cuerpo? Sí, su cuerpo, la carne. La carne de echó a perder".
El marido de mi madre está un día mas a su lado. Mi padre tiene un día mas de vida. El muerto revive por un día. Nadie se entera. Mi madre pierde todo el maldito día encabronada con su Dios, por no escucharla. Se terminan las 24 hs de gracia y, mi papá, su marido, vuelve con el Dios de mi madre.
Entonces, sin la carne no funciona.
Esta vida sin la carne no resulta, no sirve. y me quedo en el quinto no sirve, bah, en sexto porque seguir pensando sobre esto ya no (me) sirve.






10.
Soy vegetariana sin voluntad de serlo. Me tocó, mas bien, por obligación. Es como una falla de fábrica que algunos traemos y, otros provocan. Es díficil sentirse comprendida, por no hablar de la imposibilidad de algunos, del gran grupo que mastica, consume y traga carne, se ahorre alguno de sus reiterados comentarios de mode que debemos escuchar día a día, los que no nos tomamos el trabajo de decidir si comemos o no carne (roja), sino que vinimos así. Tenía que pasar.
¿No se contentan porque les queda una o dos porciones demás de asado el domingo?
¿No los hace más felices tener una bandeja más de carne picada en la góndola del super?
¿Por qué no se alegran cuando el pedacito más jugoso les llega a su plato gracias a que a mi me han tenido que saltear en la repartida?
¿Por qué no pueden aprovechar esa empanada de carne que encuentran al lado del microondas, en la que pensaron tanto cuando regresaban con el estómago en llamas despidiendo alcohol fusilado y que, está justamente allí porque no la pude comer (y ahora los espera exclusivamente a ustedes)?
Y el del cumpleaños, ¿Por qué no festeja, también, que le quedan más figazitas de lomito (o matambre!) para el resto de la semana porque tuvo la suerte de invitar a su fiestita a un par de amigos como yo? Si, en el fondo, le encanta que le sobre comida. Come on.




11.
Deallers de carne.
Pasillos, batas celestes y blancas, lavandina, espadol, instrumentos (¿herramientas?), hombres y mujeres, sueros, agujas, presión arterial, oxígeno...en definitiva; el quirófano está listo.
Ahí está él.
El cuarentón de pelo cobrizo que ha tenido un accidente cuyas consecuencias son, entre otras, la pérdida excesiva de sangre provocada por una lesión en el baso.
Los médicos (cirujanos para ser precisa) le han dicho: "Es una emergencia, debemos quitarle el baso"...y luego el cuarentón no escuchó ni una palabra de lo que dijeron a continuación los cirujanos. Todo preparado, comienza el show.
Entre dicho y órdenes que se suceden en perfecta sincronía, allí está el Señor Cirujano que cumple con vaya a saber qué legado, y retira sin pudor, el maldito baso, todo sucio, casi putrefacto, pero aun comerciable.
¿Cuál es el recorrido que ahora deberá seguir ese baso?
Ahí vamos.
Del balde quirúrgico a la heladera. Luego al freezer. El cirujano hace los llamados necesarios. Todo arreglado. A las 18 hs debe dirigirse hacia la esquina de siempre, con su heladera portátil (y el baso dentro de ella, por supuesto), allí lo espera el gordo carcarrabias que le entrega el dinero acordado y, ahora, se adueña del baso del cuarentón que emprenderá un nuevo rumbo. El gordinflón ubica el baso en su freezer último modelo, rodeado de unos cincuenta y tantos órganos al borde de la putrefacción.
¿Y ahora?
Ahora carne picada, salchichas, patys, albóndigas, lasagnas rellenas con carne, estofado...en el mismo lodo, todo manoseado...¿O masticado?






12.
Lejos de toda posibilidad, siente que se va perdiendo dentro de su jaula. Desde que tiene conciencia de ello, anda más muerto que vivo. Concebir la idea de pasar largos años con ese terrible resquemor que se pasea sobre tu propia carne, le permite verse desangrando. La carne se va abriendo a cada momento y, la penuria acompaña sin traición ni cansancio.
Tiene al amor y al odio atrapados en su propia carne. No puede trascender el límite carnal que lo degrada y lo pone cara a cara con la frustración reconocida mucho antes de que sea suya.
Siente que ya no podrá librarse de la traición de su propia carne. Su vida deberá seguir el paso y los sonidos de la carne desangrándose dentro y fuera de su ser.
La condena que vive es triste.
Se mira en el espejo y ve en su propia carne esa jaula que es peor que una condena hambrienta.
Tal vez la condena hambrienta se la ha devorado y, ahora sufre la consecuencia: "Ya no podrá sentir amor, tampoco odio. Han sido enjaulados por su cuerpo y hasta que éste se corrompa - y muera - su propia carne dictará cada uno de los compases futuros".




13.
Solo puede celebrar con la descarga de la extensión de su cuerpo y, gatillar el resplandor de la desesperación para ver sangrar su carne y, es en ese momento cuando vuelan los cristales de aquel espejo en el cual se veía reflejado mientras que una bala le lame la espalda.
Con sus 44 años, está dentro del baño - ¿volviendose loco? - gritando sin parar. "Soy un maldito destructor, soy un cobarde y, ahora las piernas me tiemblan una vez más. Soy el desastre, un desertor. Yo estaba engañado, yo partí hacia el destierro y morí viendo a mi carne congelarse y, ahora que quiero...no tengo al ser amado".
Un amor extranjero, un amor desconocido, un amor olvidado, un amor en el tiempo, viene a romperte en pedazos y a escuchar el estallido de la carne.
Y en un segundo...el que estorba, está acostado.



Fin.
Hasta aquí mi homenaje a la carne.

13 septiembre, 2006

Man on the Bar Grey

En este tiempo de suspensión,
mientras crees que yo sufro por tu amor,
puteo porque no venís a hacerme el favor
y, mientras tanto, anestesiarme el corazón,
donde es tan intenso y punzante mi dolor,
que el paso del tiempo me parece abrumador.
Pero vos no sos el provocador,
de tantos sentimientos de amor,
eso se lo lleva un gran Señor,
quien es mi verdadero y único amor. (You are, Ringo)
Tu actitud de fanfarrón,
me subestima una y otra vez sin control,
yo se que lo nuestro no es prometedor,
porque al hablar de amor sos un perdedor.
Entonces te dedico un poema rimador,
que solo busca algun bondadoso lector,
porque de esta historia ya me siento un desertor.


12 septiembre, 2006

Estrella-do por el Ron


Sin pelado ni llamados,
muy fumados, vos borracho,
sin contrato ni abogados,
el Bar aun no ha cerrado.
Sin maltrato y golpes bajos,
se han bebido varios tragos,
muchos cigarros, cierto catarro
y aparece el Coco en el diario.
Dejemos el solitario y pasemos un rato
que yo te quiero, pero no para tanto.

Si andas preocupado,
nos reímos de Bilardo,
criticamos al bizarro,
me llevás al ensayo,
desafinás con el bajo,
y nos vamos al carajo
o al Casino enajenados
donde anda Roña Castro
y comés mucho tostado.

El invierno me liquida y vos me das salida,
yo me quedo intranquila pero jamás dormida,
y la pena me camina de la médula a la espina.
No me gusta la aspirina, no me queda hesperidina,
pero tengo lecitina en un cajón de la cocina.
Mi cabeza rebobina y con frecuencia patina,
no me gustan las cortinas y doy play a Sabina,
pero antes de mi partida, dejo en el sapo propina
y lo nuestro se termina o es una idea relativa.
Hablás mal de Romina, que a los tipos los liquida,
no hace laburo de hormiga y se cree mi amiga,
pero a vos te mira y cuando pueda se te tira.
Yo me voy a la esquina, siempre a la deriva,
con mi cara pensativa sin señales positivas
y el temor que me domina porque me siento vacía,
no tomás la iniciativa, y no me siento contenida.
No me creo tus mentiras pero estoy convencida
que si aparecés en estos días, hablamos tonterías,
yo me quedo sorprendida y todo esto se olvida
porque es como una rutina que se termina de día.

11 septiembre, 2006

All you need is Love.

10 septiembre, 2006

¿El por qué del dolor?

"La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes."
(Thanks, Milan)

09 septiembre, 2006

El Gordo Triste

Escucho el tango el Gordo Triste cantado por Goyeneche – Piazzola, en ese disco que ya en las últimas de mi relación con Ringo logré grabarme (malditos momentos que me dejan recuerdos espinosos pero necesarios).
Me acuerdo como si fuese hoy, el día que Ringo estaba detrás de la barra, yo lo había ido a buscar, alrededor de las 6 de la mañana, como siempre, y estábamos los de siempre, entre ellos Pako.
Y Ringo le puso este mismo tango (ese mismo disco que sonó esa noche fue el que me grabé y ahora estoy escuchando) y se lo dedicó a Pako y, luego de hacerlo, nos miramos de una manera dulce, enamorada y dolida. Fue parecida a una de esas miradas que solíamos regalarnos con Ringo el primer año que compartimos juntos, cuando el amor era mas fuerte y cuando no imaginábamos todo lo que iba a suceder posteriormente.
Entonces estaba hablando de esa mirada que nos dimos y comenzó a sonar el tango y lo disfrutamos todos, cada uno con sus pensamientos, hubo silencio entre nosotros y cada uno pareció conectar con alguna pena traidora que se anda escondiendo siempre pero que a veces se asoma y no derrumba sin explicaciones.
Y lo amé mucho en ese momento.
Lo amé mucho desde un primer momento, desde que lo conocí, con mirarlo ya veía detrás de todo lo superficial, el hombre mas bueno del mundo y me había tocado tenerlo, por fortuna, a mi lado, y era mío, y me amaba, y me adoraba, y me decía cosas lindas a cada momento, y se volvía loco por mi, y se enamoraba mas cada día, y se excitaba solo con verme caminar en bombacha y hasta cuando yo hacía taradeces, éstas se llevaban un piropo.
Ese Ringo tan mío, tan amado, tan doloroso.
Y escucho el tango una y otra vez y lloro, y grito, y siento que nunca voy a parar, porque me acuerdo de ese amor tan grande y ahora no tengo nada, ni un querer pequeñito, nada.
Y sufro por no poder volver el tiempo atrás (si, sí. Ya se que no puede volver el tiempo atrás, que no sirve de nada pensar en eso, que por algo pasan las cosas, que ya se me va a pasar, que ya va a venir algo mejor, que no lo merecía (o si) y que todavía soy joven y mierda, mierda acumulada que la gente me repite y no entiende. Se olvida del dolor que lastima sin parar y te deja agonizando).
Entonces me encapricho, y quiero volver el tiempo atrás y fantaseo sobre cómo sería si yo lo lograse, y le cambio las desdichas y lo amo igual pero sin errores, lo amo con madurez que no tuve y entonces, no lo lastimo como ese sábado que me leyó la correspondencia y eso manchó todo de negro, oscuridad, desilusión, gritos, llantos, amenazas, pedidos de auxilio, ataques de pánico (o de amor), puteadas, te amos (porque eran muchos), despedidas y reconciliaciones, vinos y particulares, y El Gordo Triste (y también Grisel – que él siempre me dedicó – y aun no puedo volver a escucharlo), y luego del infarto amoroso, un largo silencio.
Un silencio que a veces es tan adulto que me espanta.
Un silencio que respeto tanto que me enoja, un silencio que ya no estoy pudiendo soportar pero no tengo más opciones.
Si rompo este silencio que me está consumiendo de a poco y que va a pisotearme como lo último que haga conmigo, no logro nada y eso también me duele.
Pero me duele distinto. Me duele porque se que él me ama, porque se que estamos hechos el uno para el otro (y aunque nunca más volvamos a estar a juntos – las historias en mi vida nunca tienen un final feliz – y cada uno “rehaga” su vida), siempre vamos a tener noches en las que, probablemente, nos encontremos pensando uno en otro, y suene el llamador de ángeles que yo le regalé y que está en su patio, y ahí vamos a cambiar de tema y seguir viviendo dentro de este mísero y lastimoso silencio.
También me duele saber que él no está sufriendo como yo este silencio. Él nunca sufrió los silencios y las distancias. Es más bien del tipo de hombre que, aunque sufra, extrañe o ame, puede vivir lejos de esa persona y encontrar un alivio en el silencio porque lo soporta.
Nunca entendí esa forma de vivir y de sentir. Siempre quise ser un día de esa manera para saber si se vive mejor que los que somos de la otra manera, no del grupo silencioso.
Y no me lo encuentro, y no nos cruzamos, y la vida no nos regala ninguna casualidad, la vida nos separa cada día más, nos convierte en extraños (Ay! Maldito fantasma de pasar a ser extraña en la vida ajena! No me persigas mas porque se me hace demasiado pesado tu mandato) y nos hace cada vez mas esclavos de ese silencio.
Nunca pasamos tanto tiempo sin vernos y sin hablar, sin tener ningún tipo de contacto como el que estamos transitando ahora. Es el primer “despegue” perdurable, es la ruptura personificada, que toma cuerpo y poder y nos va bañando de diferencias y nos vuelve a convertir en dos seres solitarios por Almagro que siguen su rutina sabiendo que todos necesitamos amor (como decían los Beatles, permiso) y sin embargo, aguantamos esperando que nos den amor.
El problema es que nadie me va a dar su amor. Y no es lo mismo el amor que su amor. Yo quiero y necesito su amor. Me conformo con amor y me abrazo a él porque lo necesito pero no me completa como su amor. Me entretengo teniendo sexo, durmiendo con extraños amigos, pidiendo auxilio a los amantes, acreditando nuevas historias que no llegan al romance.
Y ya no lo tengo y ya no vuelve.
Y por qué nadie escribe sobre esto?
Por qué siempre cuentan las historias cuando éstas se terminaron y ha pasado un tiempo suficiente como para estar contándolas “del otro lado” (y no desde adentro)?
Siempre se sale de esta oscuridad amorosa?
Nadie quedó atrapado y nunca volvió a ser feliz? (aunque se haya conformado con buenos momentos de a ratos).
Yo siento que quedé atrapada, que hubo un antes y un después de Ringo y que mi vida ya quedó supeditada a no poder sentir amor del bueno y felicidad al mismo tiempo. Eso se lo llevó él y no me lo puede devolver porque es lo que tenemos en común.
Y es tan fuerte lo que me está pasando que me pierdo, que mientras intento contar algo de lo que vivo, me atrapan recuerdos, momentos, preguntas que me pasean por muchos sitios de la memoria y me dispersan de esta narración.
Y cuando eso sucede, los que escribimos, pensamos que ya no sirve lo que uno comenzó a escribir con el objetivo de que pueda quedar cerrado y pasar a ser digno de darlo a conocer.
Porque entonces pasa a ser algo desprolijo, sin un hilo conductor, confuso que se parece más a una descarga anímica que algo relacionado con la narrativa.
Claro que esta sensación empeora mi angustia porque entonces, directamente siento que ni si quiera puedo escribir, y si yo no puedo escribir es como si no pudiese respirar.